¡Qué difícil es que te lean!
¡Buenos
días! A ver si hoy el médico considera que ya he hecho suficiente reposo y
logro que me deje caminar sin muletas… La verdad es que lo de depender de los
demás para casi todo se me ha hecho eterno. ¡Suerte que mis amigas del trabajo
vinieron a verme el sábano por la tarde! ¡Y que ayer pude ir a casa de mi madre
a comer! Así me he distraído.
Me
he pasado esta última semana de reposo, trabajando lo máximo que podía desde el
portátil de la oficina para no retrasar las tareas y leyendo, escribiendo, descansando,
pensando…
Ayer
María Martínez en su blog escribió una entrada súper interesante y bien medida acerca
de algunos puntos que nos preocupan a los escritores noveles. Comparto con ella
la inquietud de permitir que otros lean tus novelas, el miedo a que no les guste,
las dudas que se agolpan en tu cabeza mientras el manuscrito está en otras
manos. ¿Le va a gustar? ¿La va a entender? ¿Está bien escrita? ¿Le emocionará?...
A
mí me costó mucho tiempo permitir que otros me leyeran. En mi familia nadie es
aficionado a la lectura, así que al principio de todo escribía a escondidas, sin
compartir mis anhelos con nadie, como si fueran un preciado tesoro que sólo me
pertenecía a mí.
Un
día mi marido me pescó delante del ordenador con la mirada ida, tecleando a
toda potencia, cambiando de expresión, creando. Abrió la puerta del despacho de
casa y me preguntó directamente qué estaba haciendo. El corazón me dio un
vuelco y empezó a cabalgar deprisa, mi respiración se aceleró, el rubor fue
apareciendo en mis mejillas junto a una cálida sensación que me iba apresando.
-Nada
-le contesté-. Nada, estoy buscando información para presentar un impuesto.
¡No
coló! Me estuvo interrogando hasta que le confesé toda la verdad, todos mis
anhelos reprimidos durante años, aquellas historias que luchaban por salir de
mi cabeza e imprimirse en el papel, mis sueños, mis ilusiones.
A
partir de ese instante me armé de valor, imprimí las páginas que había escrito
y se las di a mi padre y a mi hermana para que las evaluaran. ¡Y les gustaron!
Y así fui dándoles mis avances, llenándome de autoconfianza, pensando que lo más
difícil ya estaba, que era una buena escritora…
Ellos
dejaron de leerme a la segunda novela, no han sido nunca grandes lectores. Entonces
me quedé sin opiniones, yo sola con el teclado y la pantalla, siempre con la
duda de si era o no bueno lo que escribía. Cuando llegó mi agente volví a tener
una lectora. Me armé de valor otra vez y le dejé El Secreto de las Cuartetas a
una amiga, y le gustó.
Siempre
he pensado que el camino del escritor es una travesía por el desierto, un
camino solitario y yermo donde sólo valen tus sentimientos, tus ideas, tus
personajes. Cuando acabas el manuscrito, tras meses de intensa dedicación, te surgen
todas las dudas. ¿Gustará? ¿Estará bien? ¿Le falta algo?
Por
ahora muy pocas personas me han leído, aunque últimamente he decido permitirles
a quienes me lo piden que lo lean. ¿No escribimos para ser leídos?
Me
he preparado para todo. Prefiero una crítica negativa bien dicha que una
mentira piadosa, porque aunque esas realidades afecten a mi ego, eso no lo
puedo negar, son realidades que existen y a las que no puedo cerrar los ojos.
¡Aunque me deseo es gustar! Como el de todos, supongo…
¡Pasad
un buen día!
Hola, Pat,
ResponderEliminarSon miedos que debemos ir superando, aunque creo que nunca lo haremos del todo. Además, son tantos los motivos por los que un libro puede gustar o no, pasando casi todos por las preferencias del lector.
El truco está en aceptar las alabanzas y las críticas en igual medida y de una forma positiva, ambas ayudan a mejorar si se hacen de forma constructiva.
Un beso enorme!!!!
Tienes razón, ese es el truco!! Pero es tan difícil a veces la espera... Y más cuando llevas tantos años a solas con el ordenador... Pero debemos ir venciendo esos miedos, tienes razón!!
ResponderEliminarUn beso guapa!!
tu tranquil.la q quan acabi examens faig un printing i ja tens una nova opinió ;)
ResponderEliminarGràcies Ari!!!!! Sort en els exàmens!!! I un petó molt fort!!!
ResponderEliminarPat.... eso.... pues... aqui... una Silvia le gustaría leer algo tuyo...
ResponderEliminarA mi me cuesta pedir a las escritoras que me dejen leer sus manuscritos...
Y siento morir cuando alguien me pide mi Novela terminada y rechazada, " La cuna". Porque se que tiene muchos fallos y no se si esta bien escrita...
¡Seguro que si es tuya será una buena novela! ¡Nunca pierdas la fe en tu trabajo!!!
ResponderEliminar¡Un beso Silvia!