Día de descanso

9:09 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! La lluvia ya no aporrea el suelo de mi terraza, el sol brilla para iluminar un día de fiesta en familia y la ilusión de descansar, escribir y pasear planea curiosa sobre mi cabeza.
Me prometí que esta vez viviría la espera sin ansiedad ni agobios. Desde que envié la novela a la agencia he conseguido no pensar en ella, es un gran logro, aunque quizás estos últimos días grises han desencadenado un conato de pensamientos estresados.
Pero hoy el sol me sonríe, me ha guiñado un ojo esta misma mañana, mientras abría la persiana y canturreaba en silencio.
Ayer me tomé el día de descanso. Decidí dormir un poquito más, sonreír nada más levantarme y celebrar que hacía diecisiete años del sí quiero. Casi la mitad de mi vida… Aunque si le sumamos los cinco años de noviazgo ya sobrepasa esa cifra…
Tenía veintitrés años, los sueños frescos y radiantes, las emociones a flor de piel y un sinfín de planes por cumplir. Recuerdo que mis compañeras de entonces me preguntaron si no me asustaba dar el paso. No, lo cierto era que no tenía dudas ni miedos ni ansiedades.
El día se despertó nublado, la tarde anterior no paró de llover… Pero mientras estaba en la peluquería, preparándome para el gran día, el sol asomó por detrás de las nubes y reinó en una jornada perfecta.
Muchos de los anhelos que me acompañaron ese día se han materializado. Di un paso al frente, las circunstancias de la vida me obligaron a madurar a pasos agigantados y llegué a mi vida de casada con las ideas claras y un grado de responsabilidad importante.
Y sí, conseguí uno de mis sueños de pequeña: casarme pronto, tener un niño y una niña a una edad temprana y escribir mi primer libro antes de los treinta y cinco. Luego las metas trazadas de joven se distorsionaron, caminé zozobrando hacia un destino incierto y la realidad me vapuleó en muchos instantes.
Creo que ese camino fue otra forma de madurar. Ahora veo las cosas desde un prisma diferente, uno que me ofrece la serenidad suficiente para afrontar mis propios sentimientos y analizar con cuidado las situaciones. Y no, no quiero pasarme la vida esperando ni creyendo ni anhelando, pero tampoco quiero tirar la toalla.
Ahora me toca reflexionar acerca de esas afirmaciones. Siete años de esperas y largas son muchos, pero yo decidí dar otra oportunidad en ese sentido. No quiero plantearme si hice mal, sencillamente dejarme guiar por los acontecimientos. Tengo una cita ineludible con el destino en 2015, ese año uno de mis libros verá la luz en papel y ese momento será el mejor para aventurarme a lo desconocido.
Ahora me voy a vestir, que en una hora viene mi hermana y nos vamos con los niños al museo de los inventos…
¡Feliz día! J

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2 comentarios:

  1. Yo también he tenido un día de descanso por estos mundos conectados, pero ha sido por culpa de la cobertura ;-)

    Pero no quería dejar pasar el día sin leerte :-)
    Una muy FELIZ noche.

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