Fin de semana inolvidable
¡Buenos
días! Cuesta un mundo volver al normalidad tras dos días de tranquilidad en un balneario…
Me volvería otra vez a La Rioja, al
balneario de Arnedillo, a sumergirme en las aguas termales, a comer bien, a
pasear por el monte, a descansar.
He
pasado un fin de semana genial. ¡Si incluso ayer me desperté a las diez de la
mañana! Hacía años que no dormía tanto…
El
balneario estaba en medio de unas montañas rocosas, llenas de matorrales y con
poco árbol. Las aguas sulfurosas que llenaban las piscinas procedían de la
naturaleza, de un manantial que brota un caudal impresionante diariamente.
Cuando
llegamos mi marido quiso bañarse en las pozas que los hombres construyeron en
el cauce del río, acompañado por lugareños y paseantes. A mí no me apeteció
meterme en el agua. Hacía frío, estaba cansada y prefería hacer fotos mientras
él se bañaba.
Al
día siguiente fuimos a pasear por la montaña a primera hora para observar la
naturaleza y quemar un poco el abundante desayuno que nos comimos al despertar.
Luego nos introdujimos en el maravilloso mundo de la terma romana. Calor, frío,
calor, frío… ¡Genial para la circulación!
El
resto de la mañana lo pasamos en las aguas termales de la piscina, tanto
interior como exterior, con chorros de agua de diversa presión y jacuzzis.
¡Súper relajante!
Cerca
del hotel se encontraba el pequeño pueblo de Enciso. Si tenemos en cuenta que
mi jefe se apellida así, os diré que durante un rato me asaltó un ataque de
risa: me voy a La Rioja para desestresarme y llego al pueblo de mi jefe… En
este lugar hay yacimientos con huellas verídicas de dinosaurio. Es increíble
verlas en directo, casi te imaginas la vida en ese periodo.
La
tarde la llenamos con una visita al castillo de Haro, colgado en la montaña, a
Calahorra y a los outlet de calzado
de Arnedo. Ni mi marido ni yo nos resistimos a comprarnos unos zapatos…
Ayer
nos despertamos francamente muy tarde, desayunamos y nos fuimos a caminar por
la montaña durante una hora y media. Llegamos a lo alto de un monte, observamos
a los halcones pelegrinos, vimos una ermita solitaria y nos paramos en algunos de
los miradores que llenan la vía verde tan cuidada que va de Arnedillo a
Calahorra. Luego fuimos a que nos embadurnaran de barro para purificar la piel.
Comimos
y… ¡Carretera! Bueno, más bien autopista… Me impresionaron la cantidad de
campos de vides que se adentran en La Rioja, llanuras enteras repletas de
viñedos… Ya en Catalunya nos enfrentamos a la misma vista en Vilafranca del
Penedés…
Al
llegar a casa abrí el ordenador con la intención de escribir, pero fue tal mi estado
de serenidad que no fui capaz de aporrear ni una sílaba…
A
ver qué pasa hoy…
¡Feliz
día! J
:-) FELIZ día, FELIZ semana :-)
ResponderEliminar¡Feliz lunes! :-)
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