Por fin
¡Buenos días! Hoy me despierto con la constatación
del fin de un ciclo. A veces tienes una conexión con alguien durante largo
tiempo, o simplemente te dejas llevar por la corriente y piensas que realmente
hay ese hilo conector, y cuando se rompe te vapulean varias emociones dispares.
Sonrío, porque necesitaba ese fin, saber dónde
estoy y no esperar imposibles. A veces os hablo de las señales, últimamente he
tenido varias en una dirección concreta y al fin ayer me decidí a cerrar el
círculo.
En la amistad y las relaciones profesionales hay
que apostar por la confianza, seguir la estela de tus sensaciones y no dejar de
luchar nunca por acercarse a las personas afines a tu manera de pensar. Darlo
todo es importante y saber el momento exacto para una despedida es básico para
abrazar la serenidad.
En mi camino hacia un cielo despejado de nubes he
decidido cortar uno de los hilos que sustentaban ideas absurdas, aunque en mi
interior se aguantaba por una pequeña hebra que pugnaba por romperse.
Me siento bien, liberada, como si por fin fuera
capaz de ver la inmensidad de las emociones que se abren ante mí. Escuché las
señales y por fin fui capaz de dar el salto, incluso en UDMST conseguí escribir
una parte de lo que debe ser.
Inspiro una bocanada de aire por la nariz para
soltarla lentamente por la boca. La fuerza que me empuja a seguir adelante es
la ilusión de llevar la historia hacia un lugar concreto mientras vibro con los
serpenteos del camino. Cada capítulo es diferente, siempre hay algo que
consigue sorprenderme y me llena de intriga.
Mi mayor ambición es ser yo misma, dejar
constancia de mis desvelos en las novelas y seguir con la escritura de nuevas y
excitantes aventuras. A veces echo la vista atrás y me descubro en una persona
diferente, con metas alejadas de la realidad y un sinfín de pasos erróneos.
Quizás si no hubiera atado el hilo que hoy se rompe
jamás hace trece años nunca hubiera llegado a este instante. El azar es
caprichoso, nos lleva a unos puertos lejanos y a veces consigue unir a dos
personas muy alejadas en un principio para luego colocarlas en direcciones
opuestas.
La
parte positiva es que me siento bien, porque sabía que llegaría este instante y
necesitaba leer esa despedida. Es importante instar a las personas a cerrar los
capítulos sin dejarte siempre esperando sus palabras. Creo que en este caso me
lo merecía.
Y hasta aquí la entrada de hoy… Me voy a la
oficina para sumergirme en mi otro mundo.
¡Feliz día! J
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