Writing on fire
¡Buenos días! Este fin de semana me he quedado en
casa. Mi marido tenía anginas y necesitaba reposo. Por suerte Julia y Zack
tenían mucha historia para contar, con flecos que empiezan a abrirse para la
tercera parte y nuevos personajes que aterrizan a la trama para cambiar el
curso de los sucesos.
Pensaba que llegados a este punto me sería más difícil
avanzar, pero es curioso cómo he conectado con la situación y he logrado darle
una vuelta de tuerca a mis ideas iniciales.
A medida que escribo me doy cuenta de lo
importante que es ir adelante y atrás, sin dejar de releer capítulos ya
terminados para mejorar algunos aspectos de la narración. Antes mi sistema era
lineal, nunca corregía una idea, pensaba que cada una era interesante cuando se
me ocurría. Ahora me he vuelto más selectiva y no me duele replantear un
capítulo si no me gusta hacia donde se encamina ni llenar espacios con nuevas
ideas si lo veo necesario.
Este fin de semana he conseguido darle un empujón
importante a UDMST, he escrito veintisiete folios, casi quince mil palabras,
con una intensa dedicación. Intercalaba la lectura del libro en el que me he
comprometido a hacer de beta y algunos vídeos en YouTube.
Si pudiera pasarme la vida así sería una
maravilla. Aunque entonces necesitaría una gran dosis de voluntad para
detenerme. Ayer a las ocho de la noche me obligué a cerrar el ordenador, a
dejar de escribir, a abandonar los vídeos de la pareja mítica que me inspira, a
buscar algo en la televisión para desconectar. Necesitaba un poco de distancia
con la novela.
Esta mañana me he levantado con un par de ideas
necesarias para seguir, necesito reubicar algunas partes ya escritas, darle un
poco más de profundidad a una trama y encontrar una solución factible para el
fleco que me acompañará hasta la resolución total de la última novela.
La parte positiva es que mientras dormía he
encontrado la solución a una de las partes. Para avanzar con lógica necesito
delinear la tercera parte en la cabeza, darle forma a algunas ideas y decidir
cómo terminar este manuscrito.
En las
trilogías el más difícil siempre es el libro de en medio, porque no plantea ni
un inicio ni un final, solo es una continuación, un nudo que también necesita
cerrarse un poco para no dejar al lector con una mala sensación, pero que no
puede dar una resolución a la trama.
Espero conseguir el tono adecuado para despertar
deseos de proseguir la lectura con el tercer libro y no defraudar a mis beta al
darles una historia con lógica.
¡Feliz día! J
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