Dos días para PELN...
¡Buenos días! A veces me levanto sin temas para llenar este
folio y compartirlo con vosotros, otras tengo tantas ideas que me cuesta
decidirme por una y otros la claridad de mente se impone a la hora de sentarme
frente al teclado y dejar una huella escrita de mi paso por aquí.
Hoy es de los primeros… Las ideas parecen haberse largado de
vacaciones, a un lugar paradisíaco con sol, olas plácidas acariciando la
orilla, cocteles en una terraza y la vida pausada del trópico, porque no tienen
ninguna intención de venir a buscarme.
Esa descripción me lleva a pensar en Sussie, en Ernesto, en el
Copacabana, en una playa en Puerto
Rico donde la serenidad se entremezcla con la ansiedad del pasado de ella. Y
una sonrisa curva con rapidez mis labios al darme cuenta de que solo faltan dos
días para compartir esa historia con vosotros.
Al darle vida a una novela mi conexión con el lugar, los personajes
y las escenas es absoluta. Siento como ellos, a veces lloro, otras río y en
instantes puntuales siento la necesidad de suspirar o de morderme el labio. En
los libros dejo un vestigio de mi alma, les cedo un pedacito de ella para
intentar alcanzar un corazón.
Todavía recuerdo mis sensaciones al escribir esta novela, mi
intención de hacerlo bien, de encontrar una manera de avivar un sentimiento que
surge con lentitud, embarcando a Sussie y a Ernesto en un viaje lleno de instantes
compartidos, confidencias a la luz de la luna, salidas en surf, lecturas bajo
la sombrilla, risas, lloros y emociones…
Siempre he pensado que cada manuscrito tiene su esencia, su
colorido, su música, su luz. Cuando creo un tablero de Pinterest para una
novela intento buscar esa paleta de colores que me transporte a la historia,
pintar cada instante con la brocha y pinceles, dar un tono exacto a la trama.
Para el tablero de Perdida
en la niebla pasé mucho tiempo buscando una composición perfecta, con la
sensación de que el caliche del trópico podía impregnarse en las imágenes para
llenarlas de vivacidad. Me encanta el resultado, a mí me parece acertado porque
mezcla los tintes claros de una playa de Puerto Rico con las brumas de
Cambridge, sin olvidar la niebla que envuelve a Sussie cada noche. Os invito a
visitarlo (enlace) y quizás a desatar la lengua alguna vez para comentar esta
entrada…
No sé qué me va a deparar el futuro, si Sussie y Ernesto
llegarán a ocupar un resquicio de vuestro tiempo para emocionaros, si vais a
criticarlos o a amarlos, pero sí tengo claro que nunca dejaré de sentir esa alegría
contagiosa al darle vida a los personajes ni permitiré que las opiniones
negativas minen mi capacidad de sonreír cada día. Porque escribir me da
felicidad y nunca renunciaré a ella.
¡Feliz día! J
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