El Congo #UUDC (localizaciones)
¡Buenos días! La tormenta de esta noche ha acompañado mis pensamientos y los ha llenado de mil ideas, como si quisiera desatar mi imaginación. Ojalá pare de llover pronto porque hoy tengo un día lleno de interesantes y maravillosas experiencias.
Esta mañana quiero hablaros de una localización que me pareció increíble cuando la decidí, la investigué y la escribí, llenando las páginas de un libro intenso en sentimientos. Porque, a pesar de la contención de Lúa, de su forma tan estructurada de tomar decisiones y de su ausencia total de muestra de emociones, había un mundo de sentimientos en su interior.
Cuando Lúa encuentra a su marido en la cama con otra chica y su mundo se desmorona, decide irse a El Congo en una misión de Médicos sin fronteras. Para ella embarcarse en esa aventura significa un nuevo comienzo, rendir tributo a su padre, interesarse por los demás y, sin saberlo, abrirse y dejarse llevar en algunos momentos por las emociones.
La idea de trabajar en medio de la selva, en pleno centro de ella, rodeada de naturaleza, de calor, del sonido de la selva, de un clima inestable, de personas sin recursos y de voluntarios que como ella han decidido dedicar una parte de su vida a los demás, le reporta paz en medio de la tempestad.
Recuerdo mis dificultades a la hora de investigar acerca de este lugar, de encontrar información sobre alguna misión de MSF en esa recóndita localización, de centrar mis pensamientos en esa selva desconocida para mí.
Poco a poco fui delineándola en mi mente, dándole color, sintiendo ese rugido animal que surgía de sus profundidades, imaginando cómo sería vivir ahí y llenando los huecos con imágenes de internet.
Descubrí que moverse por El Congo es una tarea complicada por los socavones, las lluvias torrenciales que embarran los pocos caminos transitables, la precariedad de los servicios…
Pero también ofrece la posibilidad de ver gorilas en su hábitat natural, de embarcarse en un safari a poca distancia, de disfrutar de la naturaleza, de la calma, de la serenidad, de la soledad buscada.
Lúa vive con intensidad su estancia, descubre cómo le afecta la gente que llega a la misión y se desvive por ellos mientras se destapa poco a poco su lado más pasional junto a un Matt que en esos momentos está perdido.
Porque a veces dejarlo todo atrás para emprender un nuevo rumbo consigue descubrirnos todo un mundo inexplorado y nos ofrece la oportunidad de cambiar nuestra visión de la vida.
¿Os venís a El Congo con Matt y Lúa? Seguro que lo disfrutaréis…
¡Feliz día! J
0 comentarios: