Centro de Elefantes Chiang Dao

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Parece que el sol quiere iluminarnos la preciosa mañana de viernes… A ver si el fin de semana sigue luciendo con esta altiva y maravillosa sensación de serenidad, me irá bien descansar.
La vida es un pozo de sorpresas, unas veces agradables y otras no tanto. Últimamente he conseguido acatarlas todas con emoción, sin perder mi sonrisa ni mi buen humor. Tengo claro que el mundo es de los valientes y que no volveré a ser cobarde nunca más.
Ecosd el Pasado es la prueba fehaciente de que vale la pena arriesgarse, hay un mundo ahí fuera dispuesto a darle una oportunidad a alguna de mis novelas, así que no me voy a rendir ni a seguir apostando por algo que no me suma. Por suerte El Secreto de las Cuartetas pronto será una realidad en papel y estoy convencida de que tendrá una buena acogida. Lo he conseguido sola, quizás es el momento de seguir ese camino…
Volvamos a Chiang Mai…
Os hablaba de Mundo Thailand Tours, sin duda una perfecta opción para programar las excursiones con absoluta tranquilidad. Si vas a Chiang Mai, no lo dudes, Kid es una persona seria, agradable y con muchísimas ganas de ofrecerte experiencias a tu medida.
Aquella tarde paseamos por el centro de Chiang Mai con unos chicos que habíamos conocido en el aeropuerto de Barcelona. Entramos en un par de templos, descubrimos las cuatro cosas que ofrece la ciudad y cenamos en un italiano buenísimo llamado La Fontana. Lo regenta un italiano, junto a su esposa tailandesa. ¡Fue un acierto! Llevábamos tantos días tomando comida asiática que unas pizzas y una pasta nos sentaron de maravilla.
A la mañana siguiente Kid nos esperaba con su Toyota en la puerta del hotel. He de reconocer que llegamos tarde, los ascensores iban fatal, el desayuno fue un desastre (un buffet bastante malo) y nos costó coger el ritmo.
Ya en la carretera nos invadió la emoción, ¡íbamos a subir en elefante! La conversación con Kid fue agradable, en pocas palabras nos contó que había sido monje durante diez años, guardia real, guía turístico… ¡Una pasada! Me pareció alguien con un coraje increíble.
Al final llegamos al centro de elefantes Chiang Dao. Elegimos esta opción por varias razones: hay pocos elefantes, el entorno es idílico y los cuidadores tienen una relación muy estrecha con el animal. No es un campo de entrenamiento ni te bañas con el elefante ni vas a pelo, pero nos atraía mucho la idea de un paisaje selvático y un lugar donde trataran bien a los animales.
Solo llegar nos dimos cuenta de que habíamos acertado. Nos montamos en dos elefantes, acompañados por su cuidador, y empezamos a recorrer un lugar paradisíaco, lleno de naturaleza…
¡Feliz día! J








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