Doi Inthanon, parte I

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Uffff, ¡qué difícil es levantarse después de un día de fiesta! Un poco más y se me pegan las sábanas… Ayer fue un día estresado, me desperté con la visión de algo inaudito, ¡un vendedor autorizado por Amazon vende mi libro en papel a 25,99! ¡Y mi precio máximo era de 9,9 antes de impuestos!
Me indigné, intenté solucionarlo, llamé a Amazon, envié emails, pero lo máximo que he conseguido es llenar un formulario donde dicen que no se hacen responsables de solucionar las infracciones de mis derechos… Grrrrrrrr. Yo cobro lo mismo si el libro se vende a 9,9 que si se vende a 25,99, no entiendo que no hagan nada. Si esto sigue así lo sacaré de la venta en papel…
Podéis comprarlo a 9,75 en papel en este enlace: Ecos del Pasado.
En otro orden de cosas os diré que la cantidad de mensajes de ayuda que recibí en Facebook por parte de los compañeros indie fue altísima. Esos detalles hacen que valore muchísimo su cercanía.
Venga, vámonos de trekking…
Llegamos a la primera catarata tras una hora de coche. Era un lugar impresionante, tranquilo, con el olor y el sonido plácido de la naturaleza salvaje en plena ebullición. No había gente, así que caminamos solos por la subida hasta la falda de la catarata, nos hicimos las fotos reglamentarias y disfrutamos del lugar.
De bajada Kid nos enseñó una pequeña ensenada donde podíamos bañaros a última hora del día. Era un lugar muy agradable, cálido y preparado para un remojón.
Nos subimos a la ban y empezamos la ascensión hacia el monte por una empinada carretera de curvas. Kid nos explicó varias cosas interesantes acerca del parque nacional de Doi Inthanon, como que en invierno es el lugar más frío de Tailandia y que para fin de año muchos tailandeses peregrinan a su cima para acampar.
Otra de las cataratas nos aguardaba en el parking. Era increíble, con un salto de agua que salpicaba hacia los turistas que la desafiaban adentrándose hasta el mirador. Entre esa agua y la de la lluvia las fotos se tenían que hacer rápidamente, secando el objetivo para luego disparar.
Comimos en el restaurante que hay bajo la cascada, junto al parking. Era muy temprano, apenas tocaban las once de la mañana, pero Kid consideró que nos iría bien tomar algo antes de atacar la bajada caminando. Tomamos un pollo y un pescado a la plancha excepcionales, recomiendo muchísimo el sitio.
La lluvia arreció. Nos subimos a la ban con los chubasqueros, dispuestos a visitar el mercado que monta la tribu Hmong en las montañas. Era un lugar lleno de productos de la tierra y de artesanía. Fue increíble descubrir las mamás con bebés en una banda bajo el pecho, las paraditas, lo que vendían… Ahí compramos una gran cantidad de recuerdos y regalos para la familia.
De ahí subimos hasta encontrarnos con el guía, perteneciente a la tribu Karen, en un camino de tierra…
¡Feliz día! J



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