Cuc Phuong National Park (Ninh Binh III)
¡Buenos días! Tras un fin de semana intenso, con la boda de mi sobrina de por medio y un sinfín de instantes maravillosos, vuelvo dispuesta a seguir relatando mi viaje de verano.
Tras nuestra segunda noche en Ninh Binh, y con las pilas recargadas, decidimos alquilar un coche con conductor e ir a visitar Cuc Phuong National Park, a una hora de distancia.
No teníamos muy claro qué excursión íbamos a realizar, pero sí que queríamos pasar el día allí.
Por suerte, los vehículos de alquiler en Vietnam están muy bien equipados, con aire acondicionado, asientos cómodos, e incluso Wifi, así que el trayecto se hizo ameno.
El calor de la selva nos alcanzó solo llegar. Fue como si nos golpeara en la cara un soplo de aire caliente, mezclado con humedad. No podíamos ni dar un paso sin sentir cómo las gotas de sudor se desprendían de los poros para mojar hasta la última porción de nuestro cuerpo y nuestra ropa.
Paramos en la garita de la entrada a pagar y a decidir cuál sería nuestra ruta. El parque es grande, hay un millón de cosas por hacer y cuando solo se dispone de un día se han de acotar las pretensiones.
Tras escuchar las palabras del guía de la entrada nos descantamos por la caminata para ver el Old Tree. Fue una buena decisión, aunque nos faltó un poco de explicación real acerca de dónde íbamos y qué esperar de esa parte de la selva. Si alguien va, sobre todo: ¡MUCHA AGUA! Son tres horas de trekking por una zona calurosa, húmeda, llena de escaleras y agotadora, aunque también preciosa.
Para llegar al punto de partida necesitamos recorrer media hora en coche hasta la parte más alta del parque, donde hay un par de establecimientos, un baño y las indicaciones claras del recorrido.
Nuestro único fallo fue no llevar agua suficiente, ya que no nos informaron de la distancia ni de la existencia de los escalones en medio de la selva que se elevaban hacia cimas altísimas.
La naturaleza era impresionante. Frondosa, selvática, de muchos tomos verdes, con la serenidad del trópico... Sin embargo, no había apenas animales ni aves ni monos, cosa que me pareció extraña, ya que en el sudeste asiático suelen habitar muchísimos.
Cuando más tarde preguntamos nos explicaron que sí hay animales, pero como en Vietnam solían comerse a los monos, estos aprendieron a ocultarse y casi nunca se dejan ver.
Caminamos por la selva los cuarto a solas durante tres horas. Apenas nos cruzamos con un par de grupos que hacían la misma ruta. El suelo era resbaladizo a causa de la humedad y el calor sofocante, pero nos encantó.
Una vez llegamos al árbol y nos hicimos las fotos de rigor, recorrimos el último tramo, y he de reconocer que se nos hizo un poco interminable. Pero al final llegamos a la zona de partida, donde comimos en el restaurante para irnos al coche.
La siguiente parada fue la cueva primitiva que nos dejó sin palabras. Está acondicionada para visitar su interior, completamente oscuro. Gracias a las linternas de los móviles recorrimos un par de galerías y nos hicimos una idea de cómo vivían.
Y ya, para finalizar la visita, fuimos al centro de recuperación de primates y de tortugas. Para mí fue lo más flojo del recorrido, ya que nos lo enseñaron rápido, sin apenas dejarnos tiempo para las fotos, haciéndonos correr para acabar cuanto antes...
En fin, no se puede tener todo. ¡Feliz día!J
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