Luchar es desear
¡Buenos días!
Brrrrrr, ¡qué feo se ve el cielo desde mi habitación! Parece que amenaza la
lluvia… Esas nubes grisáceas que apagan el color de la terraza indican que hace
frío. ¡Con lo poco que me gusta a mí el frío!
Esta mañana
quiero quedarme en la cama escribiendo, es lo máximo a lo que aspiro un día de
fiesta, meterme dentro del nórdico, abrir el Spotify, reproducir mi lista de
lentas unas tres veces y dejarme llevar por mi imaginación a lugares lejanos. ¡Ojalá
este fuera mi plan diario! Pero es imposible, teclear no paga las facturas…
Aunque, bien
pensado, la manera de vivir de muchos artistas es bohemia, aparcando las
responsabilidades y dedicándose exclusivamente a su arte… Claro que yo no me
veo viviendo en un loft con mis dos
hijos adolescentes, mi marido y mis obligaciones, y dejar a mi familia no lo
haría nunca, así que mañana toca poner el despertador, levantarme pronto e irme
a la oficina a pelearme con el trabajo.
La situación
en España es preocupante, hay muchísima gente que busca desesperadamente un empleo,
pero no lo encuentra. Tener uno es un lujo, aunque sea cobrando poco, dándolo
todo y con pocas esperanzas de mejorar la situación. ¡Es un tesoro que hay que
cuidar!
Ahora mismo
haría las maletas, me vendería todo lo que tengo y me iría a vivir a un lugar
lejano donde el día transcurriera a ralentí. Elegiría un destino tropical, con
calor todo el día y sol la mayoría de horas. Buscaría un trabajo tranquilo, que
me ofreciera muchas horas de escritura estirada en una hamaca al aire libre…
¡Un gran
sueño!
La verdad es
que nuestro ritmo de vida es demasiado acelerado, nos pasamos la vida corriendo
de un lugar a otro, con el agobio de no llegar nunca a todo, con ansiedades,
angustias y nervios. Y es una pena que no podamos pararnos a decidir qué nos
gustaría hacer, cuáles son nuestras verdaderas ilusiones.
De la
entrevista del viernes me quedó algo clarísimo: lo último es tirar la toalla. Luchar
significa no rendirse, sentir las derrotas como una frustración no es la manera
de encarar un nuevo asalto. Perder muchas batallas no significa estar
derrotado, solo que te has de levantar y buscar una nueva manera de darlo todo,
de caminar hacia la meta de tus anhelos.
Hoy quiero
llamar la atención sobre El Secreto de los Cristales. Es una novela que
funciona por sí sola, se entiende perfectamente sin la necesidad de leer
primero El Secreto de las Cuartetas. En ella plasmé muchos años de estudio del
asteroide Apophis, las pirámides de Egipto, Stonehenge, Machu Pichu, Chichen Itzá y cuatro obeliscos egipcios.
¡Si tenéis un
blog y queréis reseñarla mandadme un email!
La verdad es
que esta novela contiene muchos ingredientes interesantes, así como una mirada tranquila
al futuro. Ángela es una mujer traumatizada, con un hijo adolescente por el que
luchar y un amor truncado por el destino. ¿Conseguirá detener a Apophis? ¿Qué
papel juega la Providencia en esta batalla?
¡Animaros a
descubrirlo!
Ahora voy a
colgar el post, a devolver la taza con los restos de mi the Chai a la cocina, a
cortarme un trocito de piña para contrarrestar los excesos de ayer (lo difícil
no es bajar diez quilos, es mantenerte ahí), a abrir la nueva novela y a
perderme en los mundos de mis personajes…
¡Feliz día! J
Por aquí no está gris, pero tenemos viento huracanado.
ResponderEliminarLa situación de España más que preocupante -eso lo es hace mucho- es ALARMANTE :-(
A punto de acabar el que estoy leyendo; siguiente en la lista: El secreto de los cristales.
Un muy feliz día.
La verdad es que es horrible la situación en España... ¡Más vale no pensarlo demasiado! Es para llorar...
EliminarVoy a ponerme ahora mismo con mi plan. ¡Desapareceré unas horas! :-)
A ver si te gusta la lectura... ¡Ya me contarás!
¡Besos y feliz domingo! :-)