¡Vamos allá! :-)
¡Buenos
días! Hoy es un día importante para mí, aunque la Providencia ha querido
agobiarme con una reunión imprevista por la mañana… ¡Parece que el Cosmos se
alíe para ponerme nerviosa! A ver si acabo a tiempo y no me estreso… ¡Es que
mira que hay días para reunirse! Grrrrrrr.
Os
dije que esta era una semana llena de novedades y descubrimientos, una en la
que muchas cosas podían decidirse por sí solas. Yo no soy una persona a la que
le cueste tomar una decisión ni que se demore mucho en encontrar aquello por lo
que luchar, pero estos últimos meses me he sentido perdida en un mar de dudas.
La gente de mi entorno ve las cosas de una manera y no han parado de dar su opinión;
el intenso estrés del trabajo, unido a las horas de promoción, de escritura en
el blog, de lectura y de presencia en las redes sociales acabó por hacerme
explotar, y decidí llevada por las circunstancias. Sigo sin saber si hice bien
o hice mal, pero sí tengo claro qué quiero hoy.
Siempre
busco la parte positiva de las situaciones, con la ilusión de que cada pequeño
logro significa un gran triunfo. Os he contado en muchísimas ocasiones mi
problema de dislexia y el camino espinoso que seguí para vencerla, creo que ese
afán de superación fue lo que me impulsó a vivir con la obsesión de publicar,
de lograr mi sueño, de dedicarme a lo que más me llena.
Mi
hijo mayor tiene un diagnóstico idéntico que el mío desde hace años. Hemos
pasado por mil manos de especialistas para que le ayuden a mejorar, hemos adoptado
técnicas que nos han sugerido allegados, amigos y profesionales, y lo hemos
dado todo por ayudarlo. Por suerte mejora cada día, cosa que me alegra
muchísimo.
Ayer
me dijeron que mi hija posiblemente tenga también un grado mínimo de dislexia.
¡Uffff! ¡El mundo se me vino encima! Es que pensar en volver a empezar con ella
se me hace cuesta arriba, pero ahora ya no lo veo tan negro, es una niña
resuelta, luchadora y con ganas de mejorar, así que entre todos la apoyaremos y
le daremos las armas suficientes para desenvolverse sin problemas en la
escuela. Ahora ya sabemos cómo encararlo y dónde llevarla para que la ayuden.
Pero
esa realidad significa que mis horas de escritura cada vez se reducen más, que
mi hueco para crear se llena con otras batallas importantes. Así que ahora
escribo solo cuando me apetece tanto que la narración sale sin agobios y me
hace sentir, avanzo en la historia con la emoción de crear un laberinto de
situaciones que en algún momento me van a mostrar la salida y, lo más
importante, escribo porque me hace feliz hacerlo.
¡A
ver qué me depara el día de hoy!
¡Feliz
día! J
Estoy segura de que tus niños van a superar esa dificultad con creces, al igual que lo hizo su madre... ya ves lo que eres capaz de hacer con tu dislexia ;-)
ResponderEliminarUn muy feliz día :-)
Pues vista así... ¡Un beso! :-)
EliminarYa verás como todo se irá arreglando poco a poco y estarás más tranquila. De la misma forma que tú superaste tus problemas también lo harán tus hijos. Seguro.
ResponderEliminar¡Eso espero! :-)
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