Cena con baile...

11:11 Pat Casalà 6 Comments

¡Buenos días! Tengo resaca de sueño y dolor de barriga… Salir por la noche pasa factura al día siguiente. ¡Uffff! Ahora mismo me vuelvo a la cama y no salgo de ahí hasta que sea un imperativo legal.

Fuimos a cenar seis chicas con el profesor de baile y su pareja. Era la reminiscencia de aquellas cenas que organizábamos al principio, hace seis años, cuando las clases iniciaban su curso y éramos unas pocas las que asistíamos de manera regular.

Entonces salíamos una vez cada cuatro meses, cenábamos y nos íbamos a bailar a una discoteca. ¡Con clase y todo! ¡Era genial! Fran bailaba y nosotras lo imitábamos en medio de la pista.

Ayer fuimos a un local de moda de Barcelona donde se cena y luego se baila. El sitio era acogedor, con mesas variadas y diversidad de sillas, un ambiente de luz tenue, una música de ambiente demasiado alta que no te permitía enterarte de las conversaciones y gente interesante.

Los camareros y camareras eran guapísimos, no me extrañaría que pasaran un casting para trabajar ahí. Si eres soltero es el mejor sitio para ir cuando montan las mesas, ¡seguro que te alegras la vista!

La carta pesa un montón, me quedé parada cuando me dieron una tabla de metal plateado con dos hojas sujetas por arriba. ¡Los precios son de infarto! Un segundo plato no cuesta menos de 18 euros… ¡Y los vinos estaban por las nubes!

Para abandonar el régimen una noche me apunté al pica-pica de primero y a un tartar de atún de segundo… ¡Aunque dudaba entre el Steak tartar, el tartar de atún o el tataki de atún! Ya, me va la carne y el pescado crudo… Y de postres no necesité ni hablar, mi amiga Dolors me miró y me dijo: ⋘tú el coulant de chocolate con helado de vainilla, ¿no?⋙ Pues sí, para qué nos vamos a engañar… ¡El chocolate y yo tenemos una relación muy especial…!

Increíble la gente que se sentaba en las mesas. Como la música estaba demasiado alta para hablar con normalidad me entretuve observando, cosa que me encanta. En la mesa de enfrente había una mujer de unos cincuenta y largos con un pantalón de lamé dorado arrapado y altísimo de cintura que no cuadraba con el lugar ni con su edad, aunque hay que reconocer que tenía muy buen tipo. La acompañaba un señor vestido a la italiana, con cinturón de hebilla de marca, botas en punta, cazadora abierta, pantalón pitillo de color granate… ¡Estoy segura de que eran rusos!

Me llamó muchísimo la atención una chica que iba por el restaurante con el visón puesto. Hacía un calor que no entiendo cómo lo aguantaba… Era un abrigo precioso, entallado en la cintura, donde ella se colocó un cinturón ancho.

Cuando terminábamos de cenar el local se llenó de personas que venían a tomar una copa. ¡No os podéis imaginar los modelitos! Chicas con minifaldas tan cortas que no podían moverse sin que se les viera la ropa interior, otras con tops escote bañera que dejaban pocas cosas a la imaginación, una con medias finas y un short de lana tan mini que no le tapaba ni las nalgas… ¡Un desfile de gente variopinta!

Un señor maleducado y pesado se vino a nuestra mesa a intentar ligar. Nos señaló a su compañero que estaba en la pista de baile y nos dijo: ⋘Vengo acompañado de un famoso, si queréis le digo que venga.⋙ Sí era un famoso, pero no de los que interesan… Jajajajaja.

He de reconocer que aparecieron un grupo de chicos con barba de dos días y pelo largo guapísimos que se pusieron a hablar a dos palmos de nuestra mesa. Y por el otro lado también se colocó otro que les hacía la competencia. Llevaba un foulard de lana al cuello y no se lo sacó para conservar el look, pero con el calor que hacía…

Os confieso que una vez pagada la abultada cuenta me agobié. La música no me gustó, no podía bailar sin que alguien me empujara o me diera un codazo o me apartara para pasar. Así que cuando mis compañeras decidieron irse lo agradecí. ¡Eran las 3:00!

¡Feliz día! J