Calentando motores
¡Buenos días! Solo queda una semana para la
presentación oficial de Rumbo a ninguna
parte y mi corazón está inmerso en una nube de felicidad. Suspiros,
alegrías, emociones y mil ideas inconexas para hablar al principio, cuando
explique quien me acompaña y por qué.
Mi padre me parece un ejemplo de luchador, alguien
capaz de plantarse un día, cuando su vida ya estaba encauzada, para coger una
guitarra y gritar al mundo su necesidad de seguir su arte para convertirse en
un músico excepcional. Es maravilloso saber que mis genes creativos vienen de
él, verle frente al público con su Stratocaster Fender y esa voz especial,
siempre con una sonrisa, feliz de entregarse a su afición.
Esta vez no quería una presentación tradicional,
prefería hacer algo diferente, sentirme acompañada por personas que significan
mucho para mí. Sin mi grupo de betas no estaría aquí, lo tengo muy claro. Ellas
son la piedra angular de mi escritura, el grupo de personas que me acompaña
siempre en la corrección y en la aventura literaria.
Mabel fue la primera persona ajena a mi familia a
la que le confesé mi amor por escribir. Nuestra amistad en directo duró poco,
se forjó en una oficina, acompañadas de trabajo y conversaciones increíbles.
Cuando se fue a Suiza seguimos en contacto gracias a las nuevas tecnologías y
siempre ha estado ahí, esperando a que le mande un pedacito de novela para
criticarla y arreglarla entre las dos. Es la persona idónea para presentar y va
a venir de Suiza para hacerme feliz.
Senda fue la segunda adhesión al grupo. Ella
aporta luz donde muchas veces hay oscuridad. No se limita a buscar fallos
fáciles de ver, ella disecciona el texto, encuentra partes que no tienen
sentido o ideas en las que me he equivocado. Le da una vuelta a la novela, me
da pistas para solucionar algunos problemas de verosimilitud y siempre tiene un
hueco para leer un beso, una pelea o una idea alocada de las mías. Hace un año
se fue a Gilford y se ha convertido en otra de mis amigas al otro lado de
Internet.
Mara comparte horas conmigo en el despacho y
alguna vez vamos juntas al cine o por ahí. A veces se me escapa un spolier con
ella, pero también está dispuesta a dejar su chat del Gmail abierto para leer
un pedacito de texto y darme su opinión. Quizás también se vaya pronto de
Barcelona… ¡Desde luego! Mejor no ser beta porque todas acaban yéndose…
Carla me lee de otra manera. Con ella no
intercambio pedazos de novela antes de enviarle el resultado final y suele ser
crítica con mis textos. Mi hermana prefiere novelas más adultas, con una
historia de amor diferente. Pero me gusta escucharla y saber qué opina.
Y Mercè no va a poder venir, pero estará con
nosotras de corazón. Cuando la trilogía Sin
ti salga a la luz intentaré que ella y Senda sean las presentadoras
oficiales.
¡Feliz día! J
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