¡Viva los capicúa!
¡Buenos días! Me parece mentira estar a jueves…
Esta semana ha pasado demasiado rápida para darme cuenta de cómo avanza el
tiempo. Entre el trabajo, el final de NPVST y las novedades en casa apenas he
tenido un segundo para sacar la nariz y respirar.
Os voy a confesar mi mayor frikada a la hora de
escribir, una que se entremezcla con mi otra faceta laboral: los números. ¿Os
habéis fijado que al pie de las entradas siempre aparece un número capicúa?
Normalmente programo los posts para las 7:07.
Mi romance con estos números viene desde hace
mucho tiempo. Ya de pequeña buscaba matrículas capicúa y cualquier tipo de
numeración con esa estructura. Cuando miraba el reloj digital Casio de manera aleatoria
y descubría que era así sonreía feliz, como si fuera una señal positiva.
Hace tres años, cuando dejé atrás mi manera obtusa
de mirar al futuro, empecé a utilizar los capicúa para darle suerte a las
novelas. Para mí es importante terminarlas
así, con los números cuadrados en cantidad de folios. Incluso en UDMST conseguí
encajar las palabras y terminé el primer borrador con 130.031 palabras y 232
folios.
Ahora, al
final de NPVST estoy contando los folios que debo llenar para terminar en 222 o
en 212 para seguir la tradición. Y sí, quizás es una súper frikada, pero para
mí es algo inherente a la escritura y a mi forma de ser. Y me hace muy feliz.
Cada mañana pongo el despertador a las 6:06 y si
me despierto durante la noche espero que los números de mi despertador se
alineen en esa proporción para bajar de la cama.
Os podría contar un millar de situaciones en las
que los números encajan con esa secuencia, pero no os voy a marear más. El
juego también se puede exportar a las palabras: rodador, somos, acurruca,
nadan, arenera, rapar… Y frases de las que se llaman palíndromas: amad a la
dama, o rey o joyero, no subas abusón, la ruta nos aportó otro paso natural…
Quizás el siguiente paso sea encontrar títulos así. ¡Nunca se sabe!
Ya no oculto la realidad ni me agobia compartirla
con los demás ni voy a avergonzarme de mis frikadas. Soy feliz así y eso vale
muchísimo. Quizás es una tontería darle tanta importancia a los capicúa, es
posible que equiparar mi próxima edad a un golpe de suerte en mi vida sea una estupidez,
pero voy a cumplir una cifra capicúa en dos días y me apetece darle bombo y
platillo.
A veces las pequeñas cosas logran sonrisas
ilusionadas. Nací un día 11 J. Quizás
de ahí viene mi obsesión con eso números…
¿Y vosotros? ¿Tenéis alguna manía parecida?
¡Feliz día! J
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