Mundos paralelos
¡Buenos días! Hoy apenas cuento con tiempo para
dedicaros unas líneas. He pasado mala noche y me he despertado un poquito más
tarde de lo normal para recuperarme un poco.
Ayer avancé en la corrección de NPVST, dándome
cuenta de las partes a pulir y las que funcionan bien. También aproveché para
terminar unos fragmentos de una novela que escribe una conocida y que me
gustaron.
Me tomé mi tiempo para darle un par de vueltas a
algunas ideas que llevan un tiempo en mi cabeza. Quizás debería encontrar un
hueco en mi apretado horario para dejarlas salir y ocupar las páginas.
Hoy se gradúa mi hijo de bachillerato. Voy a
regresar con él a mi antiguo colegio, voy a pasear por los jardines y a
sentirme feliz por volver a pisar un lugar que atesora momentos mágicos del
pasado.
A veces echar la vista atrás consigue traerme algunos
recuerdos preciosos, como cuando era niña y me inventaba historias en los
jardines del colegio, culpando al pobre Eulogio, el jardinero, de algunos
crímenes. Me encantaba perderme por el exterior, idear la resolución de un
asesinato y pasarme el patio preparando pistas.
Era un juego divertido en el que me seguían un par
de amigos incondicionales. ¡Pobre Eulogio! Era un hombre muy simpático, no sé
porque le hacía culpable de mis ideas locas.
Mi imaginación es prodigiosa desde niña, nunca ha
parado de llevarme a mundos paralelos ni de llenarme la cabeza de historias ni
de concederme la potestad de vivir una aventura sin moverme del sofá.
Leer es una fuente inagotable de emociones, es
importante para mí y llenó muchos huecos cuando era niña. Me recuerdo siempre
con un libro entre las manos, con esa necesidad insana de devorar las páginas a
todas horas, sin atender al lugar o al momento.
Nunca he dejado de leer a un ritmo desenfrenado ni
de pasarme noches en vela para terminar una novela. Es la base para construir
mis propios personajes.
Espero seguir encontrando buenos momentos con un
libro y cosechando instantes maravillosos con mis novelas.
¡Feliz día! J
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