El camino de los sueños

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Cuando ha sonado el despertador hace veinte minutos me ha costado ubicarme. Tenía la sensación de que todavía era domingo, como si no me tocara irme a trabajar y pudiera remolonear entre las sábanas un ratito más. Pero es lunes y toca levantarse para ir al despacho donde me espera un montón de trabajo después de la reunión del viernes.
Me he pasado el fin de semana viendo las fotos de las autoras que estaban en la feria de Madrid. Es curioso, el viernes a las siete de la mañana cogí un AVE para ir allí, pero en vez de a la feria del libro fui a una de las reuniones más importantes de mi trayectoria laboral.


Mientras veía la sucesión de maravillosas imágenes de mis colegas firmando, paseando por la feria y viviendo un sueño cantaba en voz baja una canción de Billy Joel: The river of dreams. Ahora que me he aficionado a poner trozos de canciones que ilustren un poco el argumento de las novelas dentro del texto he decidido usarlo para el blog.

Por el medio de la noche
voy de paseo durmiendo
desde las montañas de la fe
hasta un río muy profundo.

Seguramente estoy buscando algo,
algo sacro que perdí,
pero el río es ancho
y atravesarlo es demasiado difícil.

Aunque sé que el río es ancho
voy ahí cada noche
y me quedo en la ribera.
Intento atravesar al lado opuesto
para que por fin puedo encontrar lo que busco.

Llevo tantos años soñando que ahora puedo comparar el fin de mis metas con un ancho río difícil de atravesar, pero que me llama en la distancia. Me paso los días cerca de la rivera, acariciando el agua, con la ilusión de avanzar un poquito cada vez, en busca de la barca que me lleve finalmente al otro lado.
Nunca dejaré de tener sueños ni de pensar que vale la pena continuar escribiendo con la emoción de encontrar un día el filón necesario para tocar el cielo con mis manos.


Las canciones para mí son importantes, ilustran muchas veces un estado de ánimo, una manera de exorcizar los sentimientos, de dejar a un lado los malos rollos para levantar la cabeza y sonreír.
 De niña, cuando me ponía triste, escuchaba la canción de Annie: El sol brillará mañana. Me encantaba oírla una y otra vez, con la emoción de saber que tiene razón. Si un día te despiertas negativo, seguro que al siguiente encontrarás la sonrisa perdida.

El sol brillará mañana.
Puedes apostar a que mañana sale el sol.
Si piensas que igual mañana
el camino duro ya se allana, es mejor.
Cuando el día que ves, solo es oscuro,
debes solo sentir, reír, cantar, ohh.

El sol brillará, mañana.
Tengo que esperar que mi mañana
llegue ya.
Mañana, mañana te quiero mañana,
no puedo esperarte más.

Cuando el día que ves, solo es oscuro
debes solo soñar, reír, cantar, ohh

El sol brillará, mañana.
Tengo que esperar que mi mañana
llegue ya.
Mañana, mañana te quiero mañana
no puedo esperarte más.

Mañana, mañana te quiero mañana
No puedo esperarte más.

Así que hoy he abierto los ojos, he reproducido estas dos canciones mientras aporreaba las teclas y las sonrisas han eclipsado cualquier resquicio de tristeza. Porque estoy en un camino precioso, Rumbo a ninguna parte se vende bien, NPVST está llegando a su final y la vida tiene un sinfín de instantes para disfrutar.


El viernes salió una reseña en el blog de un compañero de editorial, Enrique García (enlace). Os invito a leerla. ¡A mí me ha encantado!

¡Feliz día! J

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