Un buen balance
¡Buenos días! Ayer apenas conté con tiempo para
escribir, pero fui muy feliz con la visita fugaz de una de mis amigas
cibernéticas. La otra vendrá para la presentación de Rumbo a ninguna parte. Hace más de cinco años que no nos vemos las
caras, de hecho llevamos más tiempo de amistad vía internet que en persona.
A veces pienso que me expreso mejor por escrito,
aunque mi círculo de amistades en la vida real es extenso. Mi mayor deseo sería
pasarme los días dedicada a la escritura de manera anárquica, con tiempo para
salir a la calle a ver amigas, de no pasarme las horas encerrada en casa o en
la oficina con la vista en una pantalla de ordenador.
Sin embargo soy muy feliz con mi vida, con mis amigas,
con mis horas de baile, con mi trabajo, con mis compañeros de la oficina y con
las últimas noticias literarias. Rumbo a
ninguna parte se vende bien, cada día se mantiene en unos puestos cercanos
al Top 100 de Amazon y mientras voy ultimando cositas de la presentación.
Me preparo para dejar a Julia y a Zack y abrazar a
Luke y a Kristie sin dejar de pensar en Bruno y Aurora. Sí, mi cabeza es total
y absolutamente hiperactiva, necesita tener un sinfín de ideas, de historias y
de personajes para respirar con una sonrisa. Si la tengo vacía pienso demasiado
en otras cosas que me agobian.
Ecos del
pasado sigue imparable casi dos años después de su publicación, Dúo tiene cada día más lectores y El secreto de las cuartetas ya es una
realidad en ebook y empieza a venderse otra vez.
Cuando tengo un momento de bajón repaso estos
logros de los últimos tiempos, con la emoción de ver algunos de mis niños literarios
abrirse camino en el mundo de los lectores y la ilusión de seguir con las
historias en la cabeza, capaz de escribir sin agobios ni ansiedades, solo
acompañada por ilusión y felicidad. Eso es el Nirvana para mí.
Tengo mucha energía positiva alrededor. Cada día
busco las sonrisas en las pequeñas cosas y no pierdo nunca la esperanza de
aprender algo nuevo, de avanzar un poquito más en mis historias, en la carrera
literaria, en la consecución de un nuevo reto…
En tres días cumplo una edad capicúa, será una
buena señal de las mías, porque esa clase de números son importantes y tienen
un significado oculto. Seguro que ese será mi momento.
Solo la vida puede decirme a dónde me conducen mis
pasos…
¡Feliz día! J
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