Celebraciones y finales
¡Buenos días! Me faltan poquitas horas para mi
cumpleaños. Estoy contenta, me gusta pasar ese día en familia, con la ilusión
de compartir con mis hijos y mi marido una celebración importante.
El año que viene será domingo y mi niña volverá de
pasar diez meses en Estados Unidos con una familia. Pensarlo me llena de
nervios, sonrisas y alguna lagrimilla que asoma por los ojos al sentir cómo me
afectará su marcha. Es una gran oportunidad para ella y estoy feliz de ofrecérsela,
pero pasar diez meses sin verla me acelera el corazón.
Mis regalos serán terminar NPVST (solo me quedan
nueve folios…), saber que el resto de las novelas se siguen vendiendo, salir a
comer con mi familia y pasear por mi ciudad con ellos.
Sería increíble subir las novelas al Top100 de
Amazon de golpe, ese sería un regalo perfecto, aunque no me puedo quejar de las
posiciones en el ranking ni en cómo marcha mi vida literaria.
Si hace tres años me hubieran dicho que estaría
aquí, con dos novelas publicadas con editorial, cinco en Amazon y un sinfín de
proyectos, hubiera mirado a mi interlocutor con las cejas levantadas en una
expresión de incredulidad.
Ver el vaso medio lleno es la mejor manera de
encarar los días. Quizás las metas trazadas en la niñez han variado, pero las
actuales me parecen increíbles y llegar a ellas me llena de emoción.
La trilogía Sin
ti parte de un amor prohibido, de una pasión incontrolable, de un amor de
aquellos que se te mete en el pecho y te impide respirar y narra la lucha de
una chica por conquistar al hombre de sus sueños. La fuerza de estas novelas radica
en el carácter fuerte de Julia y en su juego de seducción, sin olvidar a Zack,
un hombre recto, con unas ideas muy claras acerca de cómo vivir la vida, que se
tambalean al conocer a alguien como Julia.
Me ha costado mucho escribir esta tercera y última
parte de la historia. La tenía en la cabeza, sabía cómo evolucionar con la
trama y tenía escrito el epílogo, pero durante los dos meses de trabajo en ella
he visto cómo mi cabeza iba a trompicones, dando marcha atrás demasiadas veces.
Aunque solo han pasado dos meses y tres días desde que puse el número uno en el
primer capítulo y ya consta de un poco más de ciento veinticinco mil palabras.
A veces mi percepción del avance en los escritos
es parcial porque cuando lo analizo me doy cuenta de que escribir una novela de
más de quinientas páginas en formato libro en un poco más de dos meses es una
proeza.
Ains, espero con ansia poner el punto y final
entre hoy y mañana para empezar las revisiones necesarias de UDMST y NPVST, así
podré pensar en su futuro y ponerme en serio con CEST, la cuarta entrega de la
saga que ya abandona a Julia y a Zack para centrarse en otro personaje de la
pandilla.
¡Feliz día! J
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