¡Un viaje inolvidable!

15:51 Pat Casalà 0 Comments


¡Hola! Hoy escribo de tarde,  ya de vuelta en España y con ganas de reabrir el blog. Los catorce días sin posts me han servido para relajarme, descansar, disfrutar de unas vacaciones inmejorables y vibrar con el magnífico viaje a México en familia. ¡Sí! ¡Nos hemos ido a la Rivera Maya a vivir muchas aventuras!
En los próximos días os relataré con detalles cada experiencia, tal como hice el año pasado. Me apoyaré con fotos, ¡tengo 789! Y cuando las miro me sabe a poco… Es difícil condensar las emociones en imágenes, captar cada una de las sensaciones que ofrece viajar a un lugar lejano lleno de cultura, momentos y sonrisas.
Me impactó el calor sofocante de la selva, la extensa vegetación que cubre miles de hectáreas de terreno, la amabilidad de las gentes de ahí y la temperatura del agua, extremadamente cálida. En conjunto la experiencia de conocer ese rinconcito de México es positiva, vuelvo con un montón de anécdotas y de impresiones maravillosas, aunque también he de admitir que me agobió un poco la facilidad con la que reclaman propinas por todo, incluso por llevarte en autobús a una excursión que has pagado de antemano y que no es precisamente barata…
La gente es simpatiquísima, los guías que nos acompañaban un encanto y la cultura Maya me ha parecido increíble. Íbamos con la idea de hacer tres excursiones para disfrutar del todo incluido y hemos acabado con cinco y un agujero en la Visa… Jajajajajaja, pero no recorremos una distancia igual cada día y una vez allí vale la pena aprovechar para visitar sitios increíbles.
Nuestro hotel era un cinco estrellas superior de la cadena Riu, llamado Yucatán. En general estaba bien, aunque no tenía ascensor y nos tocó una segunda planta… Quizás faltaba algo de servicio en las hamacas, algún que otro camarero que te sirviera sin levantarte (no había ni uno…). El acceso a Internet gratis una vez al día en el Hall no lo tenían demasiado bien resuelto y la red fallaba en ocasiones. La comida buena y abundante, aunque la mexicana no era excepcional, los batidos y zumos de los bares eran exquisitos, el desayuno era de aquellos en los que seguirías comiendo sin parar y las habitaciones estupendas.
Me ha sorprendido el tipo de público que tenía el hotel. En general la gente que vino con nosotros en el avión era joven, en grupo o en pareja. No había demasiadas familias con adolescentes, solo un par con bebés o niños pequeños… Tampoco encontramos demasiados chicos de la edad de los nuestros en las excursiones ni en la piscina ni en los parques temáticos…
¡A las 12:30 del mediodía la piscina se llenaba de jóvenes cantando borrachos! La melodía era algo así como: «¡Viva España!». Había un bar dentro del agua donde los grupos se apropiaban de las mesas y no se separaban de ellas hasta la tarde… Se tiraban de bomba, reían a carcajadas, algunas copas acababan en su cabeza… ¿Falta que os explique más para visualizarlo?
¡Feliz día! J
  


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