Regreso a la rutina...
¡Buenos
días! Reentré complicada, con muchos flecos que solucionar, una auditoría que
me obligaba a cerrar 2013 en dos días de las cinco empresas y de las dos
fundaciones que ahora llevo, la situación familiar que continúa doliendo y un
sinfín de cosas organizativas para solucionar…
Por
suerte superé la auditoría con buena nota y ahora podré retomar el trabajo con
más calma, organizando lo que tengo pendiente y atendiendo a las mil tareas que
hay sobre la mesa.
A
veces los sucesos desencadenan reacciones insólitas, no se puede prever qué nos
deparará el futuro ni cuántas ilusiones conseguirás, pero es importante ser
feliz con lo que se tiene. Si alguien no consigue sonreír con su ahora y
encontrar la emoción en las pequeñas cosas del día a día, debería plantearse un
cambio de rumbo, aunque no siempre es fácil.
El
martes os hablaba de mujeres luchadoras, personas que en las situaciones más
adversas se muestran enteras y con un coraje increíble. Creo que a mí me falta
esa valentía en muchos momentos, que debería afrontar algunas cosas y buscar
salida, que quizás me quedo quieta en demasiadas ocasiones.
Mi
propósito principal de año nuevo era no permitir que los sucesos fuera de mi
control me atosigaran, pero no es sencillo cambiar la forma de ser de un día
para otro.
Es
curioso, de vacaciones, con tiempo para el ocio, me dedico únicamente a
escribir, a cocinar, a leer, a pasear… Y con estas pequeñas cosas sencillas y
maravillosas soy tan feliz que no necesito nada más.
Quizás
por eso he luchado durante años para dedicarme a la escritura únicamente, para
cumplir ese sueño ideal de vida, esa idea de cómo pasar mis días, esa ilusión.
Sin embargo el tiempo ha puesto las cosas en su sitio, me ha enseñado a no
esperar algo platónico y a valorar lo que he conseguido con mi empeño.
No
os negaré que hay momentos de anhelo revivido, de deseos frustrados y de
caminos zozobrantes, pero en general consigo sonreír cada día, escribir un
poquito en algunos momentos, encontrar el tono para mis personajes y olvidar
durante las horas laborales aquella paz fabulosa que me invade cuando solo me
dedico a las palabras…
¡Feliz
día! J
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