¡Suerte que ya es martes!
¡Buenos
días! Hoy estoy un poco cansada y triste, ayer fue un día largo y con muchas
malas noticias, pero igualmente me levanto con la ilusión de la sonrisa, con la
intención de luchar y de no tirar nunca la toalla y con muchísima energía.
Tener
adolescentes en casa no es fácil, y menos cuando no quieren escuchar ni
entender la vida, pero hay que seguir caminando, buscando maneras para que nos
escuchen y entiendan dónde están y hacia dónde van. Espero que el tiempo nos
muestre con claridad la manera de encarar el futuro con una lógica y una
dirección. Ahora mismo creo que solo tenemos bruma que nos oculta las trazas
del sendero.
Terminamos
la tarde con el funeral de mi cuñada en la iglesia del colegio Jesuitas de
Sarrià. Fue una misa emotiva, con unas canciones preciosas y el calor de las
muchísimas personas que la querían. Es precioso despedir a alguien tan
arropado, demuestra que en vida despertó emociones positivas en el corazón de
la gente que la acompañaba.
Y
se fue el lunes, entre tristezas y algunas sonrisas, impotencias y dolores y un
par de momentos tensos. Por suerte al día siguiente consigues despertarte y ver
el sol en tu ventana para darte cuenta de que todo tiene solución, aunque no
sea la que tú quieres.
No
tengo muy claro cómo solucionar los problemas, pero no voy a rendirme y sé que
encontraré una manera de encararlos, no puedo darme la vuelta y olvidarlos ni
alejarme para que no me salpiquen. Aunque hay instantes en los que dejaría
atrás esta vida y me embarcaría en una aventura sin responsabilidades…
Quizás
ha llegado la hora de cambiar algunos hábitos, de aparcar por un tiempo las mil
actividades diarias y buscar cómo centrarlas en lo importante. No quiero
renunciar a la escritura, pero a veces hay cosas más urgentes que lo que uno quiere.
Así
que voy a mirar hacia delante con entusiasmo y ganas, voy a buscar la
motivación para no decaer y a ver si logro darle la vuelta al ahora. Como
mínimo si no lo consigo no será por no haberlo intentado.
Toca
sonreír, levantarme, ducharme, vestirme e ir a la oficina donde me espera un
largo día de trabajo. Es la mejor manera de conseguir olvidar por unas horas
las preocupaciones. ¡A ver qué me depara el día!
¡Feliz
día! J
0 comentarios: