¡Menudo viento!
¡Buenos días! Ayer el viento se llevaba las copas de los
árboles y tiraba las motos al suelo, arremetía con fiereza contra las personas
que caminaban por la calle, se hacía oír a través de su silbido excitado y
parecía que se iba a convertir en un huracán.
Desde la ventana de mi oficina veía cómo el embiste del viento
se ensañaba con el exterior. Esa realidad me hizo recordar una parte de la
historia de Zack y Julia, uno de sus códigos secretos, esa manera tan suya de
decirse te quiero a la vista de todos sin descubrirse.
Y hoy me he levantado con deseos de releer esos trocitos donde se habla de la mítica frase de Nicholas Sparks:
Mientras veía el exterior evocaba los momentos en los que
escribí estas frases, la emoción de usar una idea de un gran escritor para
darle vida a una manera especial de decir te quiero me encantó.
Unos párrafos después llegamos a esta escena que viene ligada
con la anterior:
A veces una frase que me impacta de un libro, una escena
determinada de una película o de una serie o de una novela, una conversación
ajena cazada al azar, incluso la letra de una canción dispara mi imaginación
hasta límites insospechados, abriéndome puertas a mil ideas llenas de emoción.
Estoy casi al final de la historia de Julia y Zack, a punto de
culminar su periplo complicado y difícil para llegar a ese apoteósico final que
se merecen después de pasarlas canutas por culpa de un cabrón que les amarga la
existencia.
Ella, junto a Steff, es la protagonista femenina con más carácter
que he creado. Tiene una manera de encarar las situaciones muy valiente, es
fuerte, decidida, con una alta dosis de determinación y nunca se da por
vencida.
Ojalá el día que la conozcáis la queráis tanto como yo.
Cuando termine la última corrección me tocará releer los dos
siguientes, terminar el último de la serie y decidir mi camino… ¡A ver dónde me
lleva el destino!
¡Feliz día! J
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