Primer contacto con el submarinismo (Malapascua)
¡Buenos días! Ayer fue un día
agridulce. Por un lado tenía la ilusión de ver No puedo vivir sin ti a la venta
y por el otro los nervios del aluvión de mensajes al ver que el libro no estaba
a la venta en las plataformas digitales… Por fin salió por la noche y respiré
tranquila. Aquí tenéis el enlace a Amazon.
Nos quedamos en nuestro primer
día en Malapascua… Cenamos en el restaurante del centro de buceo, llamado Ocean Vida. Es curiosa la gran variedad de la carta en Filipinas: pizzas, pasta,
hamburguesas americanas, especialidades locales y de otras partes de Asia,
pollo, ternera, pescado… Cenamos bien y en un ambiente agradable.
A la mañana siguiente empezamos
nuestro Open water Padi course. El primer día fue un poco largo… Nos pasamos
cinco horas frente a una pantalla de televisión para visionar los vídeos
teóricos mientras rellenábamos un test para ver si lo entendíamos. Paramos para
comer algo en un sitio cercano y proseguir por la tarde.
Esa noche decidimos cenar cerca
del hotel y no fue demasiado memorable…
El día siguiente empezó con un
desayuno en el hotel. Era el único que no había logrado reservar con
alojamiento y desayuno y he de admitir que el precio es abusivo. ¡Vale lo mismo
un desayuno que un plato de la carta!
Por fin íbamos a entrar en el
mar. Estaba un poco asustada, los vídeos donde se explica todos los peligros a
los que te enfrentas al bajar buceando me dejaron mal sabor de boca y la idea
de respirar solo por la boca…
Nos vestimos con el neopreno,
preparados para la aventura. Joan, nuestro instructor, nos explicó cómo
preparar el equipo de forma ilustrada. Había tantos pasos… Comprobar que el
aire no está viciado, colocar la cinta del chaleco con la salida de aire hacia
delante, enchufar la tráquea, comprobar que sale bien el aire, mirar el
barómetro para ver que la botella está llena…
En una caja con nuestro nombre
colocamos las gafas, las aletas, los pesos… Y entonces tocó lo peor, colocarse
el chaleco, con los casi diez quilos de peso, coger la caja y caminar por la
playa hasta la barca que nos llevaría a aguas confinadas, o sea cerca de la
orilla.
Llegamos frente a una playa
preciosa, con un sol de justicia y el agua nítida. Siguiendo las indicaciones
de Joan bajamos al mar y allí nos colocamos los chalecos.
Entramos en el agua preparados
para los ejercicios que nos había explicado el instructor en tierra. Mi primera
impresión fue claustrofóbica. Me coloqué de rodillas bajo el agua, respirando a
lo Darth Vader, con el poquito de agua que se colaba por las gafas inundando
los agujeros de la nariz. Y me puse de pie tres veces antes de calmarme lo
suficiente para quedarme abajo.
Una vez vencí la reticencia
inicial fue una gozada descubrir mi capacidad para respirar bajo el mar. Los
ejercicios eran difíciles, pero los realicé con nota.
Por la tarde, tras una comida en
el Ocean Vida volvimos a montar los equipos y nos preparamos para nuestro
primer descenso a ocho metros…
¡Feliz día! J
Pat yo los libros anteriores los leí en Nubico este no va a ser posible leerlo ahí
ResponderEliminar????
ResponderEliminar¡Hola! En principio lo van a subir a todas las plataformas digitales, incluido Nubico. ¡Lo que no sé decirte es cuándo! Un beso...
EliminarEspero q sea pronto estoy deseando leerlo gracias.
ResponderEliminarHola!!!! Acabo de entrar en Nubico y ya está No puedo vivir sin ti subido. Lo siento muchísimo por el retraso. ¡Un beso!
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