Un poco de todo

7:07 Pat Casalà 0 Comments

      ¡Buenos días! Sol, menos frío y una semana cargadita de trabajo por delante. ¡Qué bien sientan tres largos y placenteros días de fiesta! Ya tengo los regalos de Navidad, he empezado EDP, la historia toma fuerza en mi mente y he conversado con amigos y familiares.
       Ahora toca regresar a la rutina y tomar aire para seguir adelante con una sonrisa. Estoy convencida de que la vida tiene demasiados condimentos para centrarme solo en uno, mejor saborearlos todos y disfrutar de cada olor, de cada tacto, de cada sonido…
       No me salgo con lo que quería hacer distinto en la novela, parece mentira, pero mi mente funciona como un piloto automático a la hora de crear tramas, siempre busca un misterio, algo que llene de intriga las páginas, un crimen, secretos, mentiras…
       Quizás al final logre darle ese giro que deseaba, no pierdo la esperanza, pero la historia que se me ha ocurrido es intensa en otros matices. Creo que necesitaba dejar un tiempo a Raquel para sumergirme de lleno en la vida de otras personas, definir unos personajes diferentes y hacerles vibrar.
       Se acerca la Navidad, el fin de año, la hora de repasar los buenos y los malos momentos de 2013… Antes de que el 31 de diciembre agote sus últimos segundos pediré un deseo, uno que me acompañará durante los próximos doce meses.
       Los anhelos y los sueños son importantes, no podemos renunciar a ellos ni escatimar a la hora de desearlos. Hay tantas cosas maravillosas por las que sentirse feliz que si le damos la medida justa a las metas podemos disfrutarlas.
      Mi hijo lleva tiempo diciéndonos que está un poco harto de la rutina, es adolescente, sus hormonas están disparadas y le toca hacerse preguntas acerca de la vida… Para ser sincera conmigo misma debo admitir que a veces tengo su misma sensación, que me encuentro encallada en un mundo donde todo es siempre igual, pero luego me paro a descubrir pequeños placeres de los que gozo cada día y sonrío.
       El viernes rellené un cuestionario acerca de mí que me hizo reflexionar. Mi peor defecto es la impaciencia, mi mejor virtud es quizás la eficiencia… Cuando me piden algo suelo entregarlo a tiempo, por eso me gusta recibir la misma rapidez de los demás y me cuesta tanto asimilar que no todo el mundo piense y actúe igual que yo.
      Uffff, hoy estoy espesa y paso de un tema a otro con facilidad… Lo dejo aquí para ver si el paso de las horas me centra.
      ¡Feliz día! J    

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