Besos y sentimientos
¡Buenos días! Llegamos al viernes con unas
temperaturas perfectas y la previsión de un fin de semana soleado. Tengo mono
de hamaca, sol, escritura y lectura. Deseos de avanzar en mis dos novelas y de
descubrir historias de otros escritores. De vibrar y sonreír.
Cada día siento la felicidad de dedicarme a lo que
me llena, de encontrar las horas libres para avanzar en la escritura, sin
descuidar otras facetas de mi vida.
Quizás mi intención de escribir romántica ha
conseguido despertar unos sentimientos dormidos en mi interior para llenarme de
una explosión de suspiros y emociones porque estoy abducida por las historias y
me paso el día pensando en los personajes, en sus escenas románticas, en sus
vidas.
Un simple beso puede ser la clave de que te guste
una novela o te decepcione. La manera en la que se cocina el romance es la
clave para suspirar mordiéndote el labio o para darte cuenta de que no te convencen
para nada esos protagonistas.
Hay instantes en los que entro en pánico porque
pienso que he agotado la imaginación a la hora de presentar escenas intensas,
pero cuando me siento frente al teclado descubro las mil posibilidades que se
abren a la hora de llevar a los protagonistas a explorar su mutua atracción.
Definir en mi mente la personalidad de cada una de
las personas del libro es la guía perfecta para llevarlos a descubrir el amor. Idear
un primer beso a la altura suele ayudar a la hora de fijar un rumbo concreto.
Los tableros de Printerest son un faro en la oscuridad porque al guardar una
foto del lugar donde quiero llegar me inspira el camino. Y la música es básica
a la hora de crear el clima propicio de emociones para transmitirlas a las páginas.
El último beso que escribí entre Zack y Julia fue
complicado. Lo reescribí una y otra vez durante tres días, con la necesidad de
darle la intensidad necesaria para el momento. Hacía más de doscientos folios,
con cambio de libro incluido, desde la última vez que se besaron. Era como un
nuevo primer beso.
Es importante encontrar el tono para transmitir
sentimiento a las palabras, emocionarte al escribir para atrapar la atención
del lector y dotar las historias de enganche para que las personas que la lean
no quieran dejarla y deseen continuar adelante en el laberinto de instantes que
se tejen alrededor de las dos personas principales.
Cuando echo de menos la acción, el thriller o la intriga aderezo el romance
con algún misterio o le cedo un personaje malvado que consigue hacer estragos entre
los amantes. Si estoy en un momento dulce me dedico a pensar en salidas
romanticonas. En mis instantes de rabia busco una pelea…
Espero avanzar mucho este fin de semana en las dos
historias. Julia y Zack están a punto de un clímax importante. Luke y Kristie
todavía se están conociendo, a ver si entre ellos existe una relación explosiva.
¡Feliz día! J
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