Bruno y Aurora
¡Buenos días! Ains, cada día es un espectáculo de
fuegos artificiales, con sonrisas, suspiros y demasiadas emociones para no
pasarme las horas con ese hormigueo en la piel que se concentra en el vientre.
En cinco días Bruno y Aurora contarán su historia
a las personas que deseen descubrirla, con mil instantes y unas personalidades
marcadas. La vida no es fácil, las cosas muchas veces no son lo que parecen y
la pobre Aurora esconde un secreto que la marca demasiado. Tiene prohibido
enamorarse.
Fue un personaje difícil de crear, con un sinfín
de matices para llevarla a un momento concreto, con muchos traumas, pero con pensamientos
coherentes que intentan ocultar una personalidad muy alejada de la que proyecta
en sociedad.
¿Se puede ser sensible y fría a la vez? El reto
era complicado, mi tendencia a escribir en primera persona los capítulos de la
chica complicaba mucho esa parte. Aurora debía tener un equilibrio justo entre
sus sentimientos y la manera en la que actuaba, sin descuidar la parte ansiosa de
su personalidad, aquella que la obliga a mantenerse alejada de la gente.
Bruno en cambio es un rebelde sin causa, un chico acostumbrado
a conseguir cualquier cosa sin reparar en las dificultades, capaz de conducir a
más de doscientos kilómetros por hora la moto por la ciudad para ganar dinero en
las carreras ilegales y sin ninguna intención de sentar cabeza.
Tiene los ingredientes para convertirse en un
estereotipo, pero desde la primera página sabemos que ha tenido una novia
durante un tiempo y que es sensible, a pesar de su imagen de tipo duro.
Escribir sobre el primer amor es algo mágico, una
aventura maravillosa donde consigo sentimientos a flor de piel, vivir rodeada
de sensaciones y revivir instantes perdidos en la memoria.
En estos últimos tres días he reescrito un beso
entre Julia y Zack unas diez veces, en busca de la intensidad necesaria para
ese instante. Después de doscientas páginas, con un cambio de libro y todo, al
fin sus labios vuelven a encontrarse, y debía ser explosivo.
Conseguir ese efecto me apasiona, darle vueltas
una y otra vez a los instantes álgidos es increíble, me proporciona un subidón
de adrenalina, una cantidad insana de estremecimientos y la capacidad de soñar
más allá del ahora.
Por suerte tengo a personas que me acompañan en este
camino. Fue Senda la primera en desmenuzar ese beso, explicándome dónde
fallaba. Tras ver varios vídeos en YouTube de besos de película, lo rehíce una
y otra vez, hasta que le mandé la última versión. Entonces todavía había alguna
pega, que ayer por la tarde solucioné.
Y se lo mandé a Mabel. Ella aportó su granito de
arena para dejarlo perfecto. ¡Al fin tengo ese beso! ¿A que es emocionante?
¡Feliz día! J
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