Dispersión
¡Buenos días! Ayer el frío me pilló totalmente por
sorpresa. Ahora llueve. Parece como si el tiempo anduviera montado en un tiovivo
y girara sin parar, sin detenerse, sin traer una estabilidad en su manera
caprichosa de comportarse.
Me apetece sol, serenidad, canto armonioso de
pájaros y un cielo azul, de los que se llenan de estrellas parpadeantes por las
noches. Desde la ventana de mi despacho me gusta ver un día radiante mientras
trabajo. ¡Ojalá se despeje el cielo!
Ayer tuve una conversación larga con mi amiga de
Suiza. Ella no ve bien algunos de los diálogos de UDMST y yo no sé si estoy
obtusa o simplemente negativa, porque me cuesta escuchar sus consejos. Y normalmente
soy de las que los acepto, los delibero conmigo misma y acabo adoptándolos a mi
manera.
Quizás necesito algo de tiempo y sacarme de la
cabeza algunas idioteces, como el seguir manteniendo un número determinado de palabras.
Estoy convencida de que cuando acabe NPVST cogeré la corrección de su
predecesora con ilusión, sin perder de vista las impresiones de mis dos beta
más críticas.
A veces me cuesta entender su razonamiento, aunque
al final siempre acabo absorbiendo la parte interesante de sus consejos. La
grandeza de aprender y de tenerlas es saber escucharlas. Si no sería como ir al
médico y pasar absolutamente de su pauta de medicación.
Ufff, mi cabeza parece un hervidero de ideas
dispares esta mañana. Me he despertado más pronto de lo habitual, mi marido
está en China y cuando falta me cuesta más mantener unas pautas de sueño saludables.
Me he estirado en la cama después de desayunar a escribir un par de folios de
la novela y ahora me disperso al escribir en el blog.
Estoy convencida de que en unas horas mi mente
funcionará a pleno rendimiento y seré capaz de despejar cada una de mis
obligaciones laborales perfectamente hilvanada. Pero ahora mismo me iría bien
un poco de concentración.
Quedan trece días para la publicación de Rumbo a ninguna parte. Estoy de los
nervios, nunca me he mordido las uñas, pero en este instante creo que voy a
empezar. Escucho el tic, tac del reloj con una emoción intensa, deseo que
llegue el día para verla en la estantería virtual de varias plataformas y con
la posibilidad de comprarla en papel a través de Amazon.
Voy a pedir libros para tener en casa. Si alguien
quiere un ejemplar firmado solo ha de pedirlo, para mí será un honor hacérselo
llegar. Esta novela me encanta y me hace muy feliz preparar la presentación,
verla convertida en un libro de verdad y saber que pronto estará preparada para
venderse.
Echadle una ojeada a la reseña de Los mundos de Esme que apareció hace
pocos días en el blog Porque amamos los
libros (enlace).
¡Feliz día! J
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