¡Ha vuelto!
¡Buenos días! Regreso del fin de semana con las
pilas recargadas y un sinfín de momentos perfectos. Por fin me he desencallado
y NPVST fluye con facilidad, sin agobiarme, dando vueltas a cómo solucionar
toda la trama principal y las secundarias, sin perder de vista la necesidad de
darle intensidad a algunas escenas.
He escrito veintinueve folios en tres días. ¡La
inspiración ha vuelto! Y me gusta cómo queda, es súper interesante acompañar a
Julia y a Zack en la recta final de su historia, sin olvidar a los personajes
secundarios ni a la necesidad de solucionar un par de flecos importantes.
Para conseguir inspirarme hice dos cosas: escuchar
de manera compulsiva una canción que me despertaba muchísimos sentimientos, Secret love song, y crear varios
carteles de Fan Art para darle una vuelta a mis ideas.
Y escribí. Eso es lo mejor, que conseguí tejer el
avance de la novela con un ritmo adecuado, aunque necesité reescribir bastantes
escenas porque la ansiedad de llegar a un punto concreto me llevó a explicarlo
antes de tiempo varias veces.
Al final llegué donde esperaba, con la intensidad
necesaria, sin abandonar mi ilusión para dar un final a la altura.
Pasarme un fin de semana en casa escribiendo es mi
idea de perfección. Ayer por la noche vi una película de baile y la reflexión
final me arrancó un par de sonrisas. No la recuerdo de manera textual, pero
básicamente decía que no solo es importante llegar a un lugar deseado, también cuenta
el camino recorrido para alcanzar esa meta.
Y es cierto.
Hay que ser consecuente con tus decisiones, disfrutar
del momento y vibrar con tus aficiones. Hace tiempo decidí dedicar hasta el
último segundo de mi tiempo libre a crear mundos paralelos en el papel. Eso me
hace feliz, así que no voy a renunciar a ello.
La mejor manera de pasar el sábado y el domingo
para mí es quedarme dentro de las sábanas con el Macbook en el regazo hasta que
mi marido empieza a quejarse por la hora (si no viviera con él probablemente no
me levantaría hasta que el hambre apremiara). Y la tarde me descubre en el
salón, en mi sillón, escribiendo como una posesa.
La gran mayoría de mis amigas viven lejos de
Barcelona, y por suerte los fines de semana casi no hablamos. En cambio entre
semana tenemos larguísimas conversaciones vía chat. Es como si las tuviera a mi
lado en cada recodo del camino, como a los personajes, que siempre tienden un puente
entre mis sentimientos y los suyos.
¡Feliz día! J
¡Que buena pinta!
ResponderEliminar¡Gracias! :-)
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