Mil cambios de registro
¡Buenos días! La vida
no deja de darme sorpresas agradables, es como si por fin pudiera sonreír cada
día al descubrir los giros inesperados de las cosas.
Recuerdo cuando de
jovencita abandoné para siempre la lectura de los libros románticos de mi
abuela, donde la vida de las damiselas de la Inglaterra victoriana transcurría entre
mil aventuras para descubrir un amor sin fronteras que perduraba más allá de
los límites conocidos.
Fue gracias a un regalo
de mi padre: El Ocho, de Katherine
Neville, un libro que se convirtió en mi fetiche, que entre sus páginas decidí
qué iba a escribir yo de mayor.
Durante los años
siguientes devoré una cantidad innombrable de novelas parecidas, embebiendo de
las ideas de los autores y delineando en mi interior las tramas que algún día
conformarían mi bagaje literario.
Sin embargo el día que
me decidí a abandonar las sugerencias de mis profesoras, a superar la maldita
dislexia que durante años me había mantenido al margen de la palabra escrita y
a novelar de una vez por todos mis mundos paralelos, lo hice dándole vida a
Ónixon, mi refugio particular durante la infancia y primera juventud, un lugar
imaginario donde me aislaba cuando la realidad me ahogaba.
Me prometí que nunca
jamás escribiría romántica. Prefería los misterios de la humanidad, las
aventuras, las historias de ciencia-ficción o paranormales, sin olvidar un
romance en la trama.
De la ciencia-ficción
pasé a un thriller con trasfondo científico que nunca ha visto la luz. Géminis es una novela ambiciosa, llena
de giros inesperados, de casualidades y de personajes que me llenaron
muchísimo. Pero necesita una revisión que ahora mismo no tengo tiempo de darle.
Y al fin llegó la
explosión de imaginación con El secreto
de las cuartetas. Fue mi primera incursión en el género de aventuras
paranormales, en las horas dedicadas a documentarme, a mis deseos de escribir
ese tipo de literatura. Le siguieron El
secreto de los cristales, Indicios,
La baraja y Oros.
Pero entonces sentí que
necesitaba un cambio, dejar la Serie El pentáculo y centrarme en temas
reales, no en la parte paranormal. Y empecé la Serie Estrada con los mundos
de Esme. Fueron tres novelas llenas de energía, con emoción y muchos deseos
de novelar mis ideas locas. De momento LMR y LDE siguen inéditas, quizás algún
día las suba a Amazon…
Al terminar descubrí
algo extraño. Deseaba escribir romántica, intentarlo con una New Adult, a pesar
de mi promesa de no hacerlo, pero sin olvidar la trama de suspense. Y le di
vida a Jessie y a Noah en Ecos del Pasado.
La experiencia fue tan increíble que inicié Dúo, con la sensación de que había encontrado mi género.
Y aquí estoy, con mil
historias románticas en la cabeza, feliz, agradecida a Red Apple y a los
lectores.
Tatty ayer publicó su
reseña de Dúo en El universo de los
libros (enlace).
¡Feliz día! J
0 comentarios: