Primer borrador de UDMST y olé

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Terminé UDMST… Ufffff, cuando pongo el punto y final siento un vacío, una necesidad de revisar sin parar, de encontrar fallos, de descubrir los entresijos de los personajes y de saber si el manuscrito está o no a la altura.
Después de una novela absorbente como CDEAT la segunda parte necesitaba una dosis mayor de silencios, de espacios, de situaciones que explicaran cómo los protagonistas viven los descalabros que amenazan con destruir su mundo perfecto.


El viernes me propuse acabar antes de mi clase de Zumba, pero no tuve tiempo. Me fui a bailar a medio folio del final, con una ansiedad propia de la situación. Pero la clase me sentó increíblemente bien, porque cuando llegué a las siete y media a casa conseguí darle más intensidad a esos párrafos.
Por suerte me queda todavía una entrega de la serie Sin ti, así que la tristeza de dejar atrás a Julia y a Zack todavía no me invade. Tengo mil ideas en la cabeza, mil emociones y mil giros para explorar las vicisitudes de esta pareja. Y todavía me queda darle tres vueltas a este manuscrito, releer el primero y conocer las reacciones de las beta, por si necesitan algún retoque.


El viernes por la noche tuve una cena increíble con mis antiguos compañeros de escuela. Es una pasada reunirme con ellos una vez al año para ver cómo les va la vida. Charlé animadamente, descubrí unas vidas desconocidas, absorbí cantidad de información para futuras novelas y reí muchísimo.
Es la grandeza de los reencuentros, la inmensidad de las redes sociales que consiguen mantener la brecha de la conectividad con personas que una vez pertenecieron a mi mundo y se desvanecieron en el olvido durante muchísimos años.


De niña buscaba una manera de acercarme a los demás, de que me quisieran a pesar de ser diferente, de tener mi propia manera de ver la vida, muy alejada de la convencional. Ahora solo me dejo llevar por la situación para disfrutar del momento. Porque soy feliz con mi vida, con mi forma de ser, con mis amigas, y no necesito más.
Y sí, quizás tengo un punto friki, pero hay otras escritoras como yo, lo he descubierto tras años codeándome con ellas. Antes me agobiaba ser así, cuando maduré dejé atrás esa sensación para dedicarme a vibrar con los mundos paralelos, a sentir la vivacidad de la escritura, a no ser infeliz al pasarme las horas libres enganchada a un portátil, narrando, leyendo, dejándome seducir por las aventuras de otros.


La grandeza de conectar con los personajes es mágica. Me apasionan mis tableros de Printerest para las novelas, las listas de Spotify con las siglas de cada manuscrito, las portadas de los libros, escuchar una canción en bucle y saber exactamente a qué historia me recuerda.  
Encontrar la felicidad está en las pequeñas cosas, en poner la radio un día, escuchar una canción y cerrar los ojos para volver a irrumpir en la vida de unos protagonistas acompañada por la tonada, en ver una foto y pensar en ellos, en suspirar porque descubro un giro argumental genial… Nunca renunciaré a esa magia.

¡Feliz día! J


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