NDDB empieza a tomar forma
¡Buenos días! El otro día leí un cartel en Facebook que me
encantó. Ponía casi todas las cosas buenas empiezan por v: vacaciones, viernes,
verano, vivir, viajar… ¡Y ahora pienso, por fin viernes!
Estoy muy feliz, esta semana he avanzado con muchísimas cosas.
Por fin estoy en el camino para completar el último de los propósitos de final
de año de 2015, las novelas se venden bien, he logrado contratos para no dejar
de publicar, tengo un trabajo molón y por
fin he despejado lo suficiente mi mente para volver a escribir.
Ayer me sumergí en el mundo de Maya y Prometeo, volví a vibrar
con sus bailes, sus conversaciones, su forma de conocerse y sentirse. Tengo las
recomendaciones de Carmen en la mente y las ideas que empiezan a fluir para
solucionar la segunda parte de la historia.
En NDDB el baile forma parte de la trama, es importante porque
une a dos personas de una forma intensa, dándoles un espacio para conocerse,
sentirse, encontrar una vía directa a aflorar sentimientos de forma lenta, pero
imparable.
Me encanta Maya, su forma de ser, esa inocencia mezclada con
la energía positiva, siempre con deseos de mirar hacia delante sin sentir el
peso del futuro, entregándose al aquí y al ahora. Es impulsiva, divertida,
feliz, animada, espontánea… Le gusta tomar la vida cómo viene y no hacer
planes.
Se parece un poco a Emma, la hermana de Bruno en Rumbo a ninguna parte. Tiene su
frescura, como mínimo en la primera parte de la novela. No deja la sonrisa ni
es complicada porque solo desea vivir el presente sin preocupaciones, vibrando
con cada instante.
Prometeo es un hombre marcado por un suceso traumático y por
un futuro negro al que va a entregarse en un par de meses. No tiene salida, ha
de irse. Le cuesta entregarse a Maya porque sabe que es capaz de llevarse un
pedacito de su alma.
¡Feliz día! J
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