Un año más...
¡Buenos días! Ha sido un fin de
semana completo, de aquellos que se llenan de momentos y sonrisas.
El calor ha sido una constante,
mis ansias por darle vida a la nueva historia demasiado intensas y he
necesitado de una alta dosis de autocontrol para pactar unos límites con mi
mente porque si fuera por ella ya habría terminado más de la mitad de la
novela. Y quiero ir despacio, saborear cada recodo, pintar una trama creíble…
A veces me detengo con una
extraña sensación en el estómago. Suena el despertador un lunes por la mañana,
abro los ojos y pienso: «otro lunes, un día más de rutina, volvemos a empezar…»,
pero luego regresa a mi cabeza la historia de Aladi e Isabelle que va tomando
forma, sus personalidades, su forma de sufrir, cada una de mis ideas, y sonrío.
Porque soy capaz de abrazar la ilusión de traspasar la línea entre mis dos
mundos y perderme en una aventura sin
igual.
Es mi escape a la rutina, mi
forma de descubrir cómo puedo viajar con la mente, de tener una vida paralela
donde lo único importante es dejar volar la imaginación.
Ayer fue mi cumpleaños. Es un día
que suele encantarme porque mi vida es suficientemente feliz como para sonreír
ante la llegada de un nuevo año. Tengo todo lo que deseo y no necesito más.
Aunque esta vez estoy siguiendo uno de mis propósitos y me costó un poco pasar
el día sin probar la tarta de chocolate o el maravilloso banquete que preparó
mi madre. Y he decidido posponer la celebración a otro día, a cuando haya
logrado mi meta y pueda plantearme un día de dispendio.
Cada día doy gracias por estar
aquí, por tener a mi familia cerca, por haber conseguido amigas de verdad a mi
lado, por caminar con ellas, por tener tantas novelas a la venta, por las
lectoras que me mandan preciosos mensajes, por mi trabajo… Podría seguir con
una lista muy extensa de ilusiones alcanzadas para simplemente decir que me
siento feliz y realizada.
Llegar aquí no ha sido fácil, ha
habido instantes de ansiedad por desear lo que no debía y necesité una fuerte
dosis de energía para cambiar mi forma de pensar, de sentir y de abrazar la
emoción de vivir cada instante con la chispa de emoción requerida.
Recibí más de trescientas
felicitaciones por Facebook, incontables por WhatsApp, por Instagram, por mail,
por mensaje, por chat, por Twitter… ¡Es emocionante! ¡Gracias por hacer de ayer
un día tan memorable!
¡Feliz día! J
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