¿Por qué te has quedado con la romántica?
¡Buenos días! El tiempo avanza inexorablemente hacia las
vacaciones, los buenos momentos y las ilusiones. Cuento los días para dejar de
trabajar durante unas semanas y dedicarme únicamente a descansar, vibrar,
escribir, leer, descubrir mundo…
Ayer tuve una conversación maravillosa con una amiga del
pasado, alguien a quien recordaba con cariño, pero los años nos separaron. Las nuevas
tecnologías, las redes sociales y la capacidad de reconectar con ella
propiciaron un encuentro. Aunque vive fuera de Barcelona y volveremos a la
clandestinidad de internet.
Mientras le contestaba a una pregunta me di cuenta de algo muy
importante sobre mi vida literaria, aunque quizás ya lo sabía.
¿Por qué
te has quedado con la romántica?
Recuerdo al empezar mi primera novela, La Luna de Ónixon, mi decisión inamovible de no enredarme nunca en
una historia de amor, aunque en mis novelas siempre hay una. Quería acción,
ciencia-ficción, literatura fantástica, aportar un pedacito de mis
investigaciones sobre el terreno paranormal, las cartas del Tarot, las
adivinas, las premoniciones…
Crear esas tramas me llenaba de tensión, intensidad, cosquillas
en el estómago. Pero todas tenían un nexo común, el romance entre sus
protagonistas. Porque en el fondo siempre he sentido la necesidad de explorar
esas relaciones, de ver hacia dónde conducen, de vibrar con ellas.
Si analizo qué me engancha de un libro o de una serie de
televisión siempre han sido los romances, los amores prohibidos, los
imposibles, las interacciones entre las parejas. A veces me he tragado series o
películas malísimas solo para saber cómo acababa la historia de amor.
Cuando un día me decidí a probar el new adult descubrí que me
apetecía hacerlo al revés, darle la vuelta al género. ¿Por qué no escribía una
romántica con un thriller de fondo? Esa fue la idea que me rondó por la cabeza
mientras escribía Ecos del pasado. Y
me gustó el resultado, Jessie y Noah se convirtieron en mis compañeros de
viaje, me enamoraron, me llenaron de suspiros y me parecieron adorables.
Es una de las novelas que más he vendido, todavía ahora sigue
teniendo descargas y reacciones muy positivas. Aunque fue la primera y al
escribirla estaba aprendiendo a dominar el género.
Después vinieron un montón de historias nuevas, fui
descubriendo la realidad, una que sigue en mi interior y siempre ha estado ahí.
Me apasionan los romances, leerlos, verlos en la pantalla, darles vida, sentirlos…
Y en cualquier historia romántica se puede añadir un género como
complementario.
La romántica que hay en mí está feliz de haberse quedado en
este género literario, es gratificante, intenso y lleno de aventuras increíbles.
¡Feliz día! J
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