Construir personajes
¡Buenos
días! Por fin me levanto el viernes con muchísima energía y ganas de encarar el
fin de semana con emoción. Es increíble cómo la rutina te trae maravillosos
momentos; los lunes son tristones, pero los viernes son explosivos.
Dice
mi jefe que soy eléctrica en el trabajo… Antes también lo era en la escritura,
pero ahora me lo tomo con más calma, al comprender que hay muchas maneras de
disfrutar de esa capacidad de crear mundos paralelos que me ha dado la
naturaleza, he aprendido a ser feliz con cada párrafo.
Durante
la construcción de la historia los personajes evolucionan en mi interior y se
enfrentan a contradicciones, a decisiones difíciles y a situaciones que a veces
les dan un giro inesperado. En ocasiones alguien que me ha parecido del bando
bueno al principio se convierte al lado oscuro, y viceversa.
Escribir
como si la narración fuera un barco de vela que navega mecido por el viento
hace que en momentos la embarcación zozobre, pero al final siempre endereza el
rumbo.
El
otro día mi hermana fue otra de las lectoras beta de LME y me dijo que le había
atrapado la historia, pero que ella hubiera reaccionado distinta que la
protagonista en un capítulo concreto. Y sí, quizás hay muchas maneras de ver
las cosas y cada uno de nosotros sentimos distinto, pero mientras escribía esa
escena mi personaje femenino acompañó a mis dedos en el teclado.
Las
vibraciones de cada persona que engrosa el elenco de personajes son distintas,
hay algunos que me caen bien desde el principio y con los que sintonizo a las
mil maravillas, en cambio hay veces que no tengo empatía con un interlocutor en
concreto.
Sin
embargo, ahora que escribo con introspección de la trama, permitiendo que los
lectores respiren en algunos momentos, consigo ver la balanza que equilibra los
dos lados de los personajes y comprendo mejor a los que son malos o a los que
son buenos.
Es
importante entender que una persona no se puede representar sin sus dos
pasiones contrapuestas. No hay un malo sin parte positiva ni un bueno sin parte
negativa. Por eso hay que ahondar en las cuestiones humanas de cada uno y concederles esa pizquita de sentimiento
que nos ayuda a entender el conjunto.
Construir
al personaje a medida que caminas en la historia, acompañarlo en su maduración
personal y sentirlo crecer es lo que me encanta de este trabajo no remunerado,
a veces incluso creo que me entiendo mejor con ellos que con las personas que
me rodean…
¡Feliz
día! J
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