Imaginar y soñar
¡Buenos días! El domingo es
un día de descanso por excelencia, uno donde las horas transcurren sin más
obligaciones que disfrutar del ocio y la tranquilidad.
Por fin le di a enviar y la
novela ahora surca las distancias cibernéticas para llegar a su destino, aunque
no tengo ni idea de cuál es ni me voy a pasar el resto del año imaginándolo. En
ese sentido he perdido la chispa que antes me encendía y ya no acabo de creerme
que la lucha termine en un gran triunfo.
Ayer desencallé el capítulo
de LDE que se me había atragantado al regresar de vacaciones y la historia
vuelve a fluir sin dificultad en mi mente. Tengo al protagonista donde debe
estar, al resto de personajes introduciendo una pizquita de información a la
trama en cada párrafo y la idea de cómo se desarrollará la acción en la cabeza.
Y sí, me lo paso en grande
con esos laberintos que se crean en mi mente, con el descubrimiento de un nuevo
giro argumental en lugares dispares, con la compañía de unas personas ajenas a
mi día a día y a las que les suceden cosas inimaginables en mi ahora.
A veces, cuando camino por
la calle y descubro una escena parecida a una de mis novelas mi imaginación
recrea allí mismo una historia inventada como si fuera real. Esa capacidad para
pintar de colores una realidad me emociona. Incluso puedo soñar despierta y
experimentar las sensaciones de mis sueños.
Ayer me propuse dejar volar
la imaginación y entrar en la coraza de una Pat Casalà diferente, una que
consigue hacer realidad cada una de las metas trazadas. Disfruté durante unas
horas sin levantarme del sofá, fui feliz por algo que en este momento parece un
imposible y luego regresé a mi ahora sin dolor ni frustración ni agobio.
Es absurdo vivir ansiosa
por algo inalcanzable, así que sonrío cada mañana y doy gracias por las mil y
una razones que tengo para ser feliz. He enviado la novela como si comprara un
número de lotería, hay un tanto por ciento muy pequeño de que te toque, así que
seguiré creando “obra”, como dice Pilar, y caminando al lado de mis personajes
sin que me afecte la falta de noticias.
Uffffff, parezco un disco
rayado…
A partir de mañana cambio
de tercio, ¿vale? LME queda en el limbo del no se sabe qué pasará hasta nuevo
aviso y ahora toca concentrarse en terminar LDE y en la corrección de LMR. ¿Qué
os parece mi juego de letras? Tres novelas en un año, ese es mi reto. Tengo
cuatro meses para conseguirlo y la última ya está escrita en un tercio…
Luego quiero dedicar mis
energías a darle un par de vueltas a El
Secreto de las Cuartetas antes de enviarlo a la editorial que lo editará en
papel a principios de 2015. Y también me gustaría retomar la corrección de Géminis… Aunque si en el trabajo continúo con la dinámica actual mi tiempo
para crear mundos paralelos se acortará drásticamente a los fines de semana…
Ahora mismo voy a abrir el
archivo de LDE: 27.361 palabras, 20 capítulos, 49 folios… No está mal en tres
semanas, ¿no?
¡Feliz día! J
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