Pasito a pasito
¡Buenos
días! Otra vez lunes… Grrrr, para mí el primer día de la semana es el peor.
Volver a despertarse por la mañana pronto, ir a la oficina, trabajar hasta
tarde…
Ayer
quería un poquito de sol, pero el tiempo no quiso regalarme demasiados guiños
de alegría. Por suerte fue un día maravilloso, rodeada de los míos y con
momentos perfectos.
Cuando
no consigues lo que deseas a pesar de luchar con todas tus fuerzas has de
replantearte la vida y buscar la manera de orientarla hacia otro lugar. Estos
últimos meses me he centrado en esa necesidad de encontrar una motivación para
caminar de la mano de la ilusión.
Durante
demasiados años la obsesión de dedicarme únicamente a escribir ha cegado
demasiadas cosas maravillosas que tenía alrededor. Está claro que dedicar tu
empeño a conseguir algo inalcanzable es una pérdida de tiempo y un desgaste
demasiado elevado para alguien que puede disfrutar de la vida sin agobios.
Pensar
que se puede cambiar de tercio cuando uno lo desea es engañarse y, a pesar de
los pesares, es difícil alejarse de la profesión que ejerces desde hace años.
Tu experiencia, tus estudios y tu bagaje son únicamente en una dirección,
aunque siempre hay excepciones que confirman la regla.
Decantar
la balanza de mis dos mundos profesionales es complicado, y más cuando uno de
ellos depende de un montón de factores que no puedo controlar. Mi camino hacia
el ahora se ha llenado de escollos, de ilusiones marchitas, de expectativas
derrumbadas como si se trataran de un endeble castillo de naipes, de esperas
largas y agobiantes…
Al
fin el año pasado vi la luz, una brillante de neón que anunciaba el inicio de
un nuevo sendero donde las espinas no ensombrecían el bosque. ¡Qué liberación
escribir sin esperar lectores!
Este
año 2013 me propuse el reto de escribir el máximo de novelas que fuera capaz en
doce meses, y parece que van a ser tres… ¡Un logro!
También
me centro más en mi faceta profesional, la que me da dinero a fin de mes e
intento encontrar la esencia de la felicidad en ella.
Ahora
me voy al despacho…
¡Feliz
día! J
Estoy de acuerdo contigo en todo, menos en lo de escribir sin esperar lectores. Creo que es compatible disfrutar con el trabajo, con la familia y con la escritura y que a la vez la gente lea lo que escribes (lo cual no quiere decir que sea fácil, sino todo lo contrario). Debe ser una cuestión de proporciones y de equilibrio, así que me alegro de que lo vayas encontrando. ¡Feliz día!
ResponderEliminarTienes razón, es dificilísimo encontrar el equilibrio. ¡Feliz día! :-)
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