En busca del final perfecto

7:07 Pat Casalà 0 Comments

      ¡Buenos días! Parece mentira cómo el tiempo complica a veces las cosas… Hay veces en las que deseas acabar con algo y las circunstancias te obligan a alargarlo demasiado. Supongo que es parte de la vida…
      Hoy quiero hablar acerca de algo importante para mí, la construcción de un final en una novela, mi propensión a dar giros inesperados antes de tiempo y de quedarme sin argumentos para continuar.
      Antes empezaba a escribir con un título, un principio y un final. El nudo se desarrollaba a medida que avanzaba la narración y no tenía dificultades en liar la trama y deshilarla. Cuando empecé a escribir LME me leí muchas veces las reseñas de El Secreto de las Cuartetas con la intención de mejorar.
      En general el libro gusta, pero en algunos casos lo tachaba de demasiado lineal y con unos personajes secundarios con poca profundidad. Cuando hay diversas personas que te avisan de algo, a pesar de que su crítica general sea positiva, has de pararte a escuchar. Nadie nace enseñado y es importantísimo no dejar nunca de aprender.
      La parte de los personajes la solucioné con un nuevo enfoque a la hora de escribir. Bastaba con alejar de mi mente la trama durante horas para que al retomarla necesitara situarme, y esa sensación de que faltaba explicar algo es la que me hace profundizar en los protagonistas y los secundarios.
     El tema de la linealidad era otro percal. Si empezaba con un final claro la novela seguía un camino claro, recto, marcado. Esa necesidad de llegar justo al lugar donde quería rubricar el punto y final desvirtuaba la posibilidad de dar rodeos y asombrar.
      Por eso decidí cambiar de táctica y dejar absolutamente abierto el final en mi mente hasta que se acercara. El único problema en este caso es que las ideas que tengo a medida que escribo las incluyo en el texto en ese momento y entonces necesito darle vueltas otra vez a las situaciones para sorprender.
      Lo bueno es que me asombro a mí misma al idear nuevos rumbos de los personajes. Con mi actual manuscrito, LDE, descubrí que las ideas de giros argumentales debían incorporarse a la trama antes del final, y de repente pensé en cómo terminarlo.
     Así que ahora camino por la cuerda floja, juego a ser escritora y lectora a la vez, cada vez que tecleo me imagino la trama y qué me gustaría a mí que me contara el libro si solo lo leyera…
      ¡Feliz día! J

You Might Also Like

0 comentarios: