Proyectos...
¡Buenos días! Hay bastantes nubes en el cielo y
parece que tendremos una jornada gris y apática… Suerte que puedo quedarme
metida en la cama con el portátil como compañero hasta el mediodía para
emprender varios proyectos.
Hay momentos en los que sueño con conseguir
imposibles y siento la emoción de tocar el cielo con las manos. Cierro los ojos
y me dejo llevar por la imaginación, como si viviera dentro de una de mis
novelas. Ser una heroína de cuento de hadas es maravilloso, aunque al regresar
a la realidad te das cuenta de que eres afortunada.
En mi día a día hay muchísimas cosas que me
animan a sonreír, demasiados instantes mágicos en mi vida como para
desperdiciarlos. Esta mañana, antes de abrir la luz, me he dado una vuelta por
mi futuro ideal, con la intención de saber quién tendría cabida en él.
Hay personas muy importantes en mi vida, tanto
que no quisiera perder el contacto con ellas. Luego quedan las que son simples
compañeros de camino, pero que no calan hondo en mi interior. Ahora tengo
clarísimo que no renunciaría a mis Whatsappeos
con Suiza ni a mis chats perfectos de
oficina.
No puedo proyectar mis deseos en las acciones
ajenas ni debo pensar que las cosas cambiaran por un giro inesperado. Yo me
emociono con facilidad, lloro enseguida con las situaciones tiernas y tengo
tendencia a encariñarme con las personas que pasan por mi vida. Y no todo el
mundo siente igual…
Quizás si tuviera un nuevo proyecto al que
lanzarme de cabeza dirigiría correctamente esa necesidad de avanzar hacia algún
lugar, pero ahora mis únicas metas son acabar LDE, arreglar mi Web, corregir
antiguas novelas y sonreír cada día con lo que me sucede.
Este fin de semana se llena de maravillosas
clases de baile, intensas horas frente a la pantalla y un deseo difícil de
cumplir de poner un punto y final a LDE. Me encantaría que el sol me
acompañara, pero va a ser que no… Y estaría emocionada si supiera que hay algo
esperando al otro lado del ciberespacio, pero tampoco será. Así que miro por la
ventana, veo mi patio, con unas casas enfrente y un poquito de verde, y sonrío.
Mi hijo acaba de levantarse, escucho su
movimiento en la cocina. Se ha hecho tan mayor que no me da ni los buenos días…
Pero a pesar de su manera de comportarse, plenamente adolescente, sé que sin mis
hijos no conseguiría estas sonrisas.
La semana que viene se llenará de sorpresas
agradables, estoy convencida. Así que voy a colgar el post, a abrir el Spotify
para escuchar las mismas canciones de siempre (parece que solo me inspiran
esas, aunque empiezo a pensar que es hora de cambiarlas…), a descubrir dónde
están mis personajes y a llevarlos hacia el cénit de la novela.
Sinceramente creo que la historia de La Baraja es insuperable, pero LME, LMR
y LDE también son novelas interesantes. Mi actual lectora beta de LMR dice que
le engancha más que la anterior y M. dijo lo mismo…
¡Feliz día! J
Feliz Domingo! Tu si que emocionas a Suiza! Guapa!
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