Proyectos...

9:09 Pat Casalà 1 Comments


¡Buenos días! Hay bastantes nubes en el cielo y parece que tendremos una jornada gris y apática… Suerte que puedo quedarme metida en la cama con el portátil como compañero hasta el mediodía para emprender varios proyectos.
Hay momentos en los que sueño con conseguir imposibles y siento la emoción de tocar el cielo con las manos. Cierro los ojos y me dejo llevar por la imaginación, como si viviera dentro de una de mis novelas. Ser una heroína de cuento de hadas es maravilloso, aunque al regresar a la realidad te das cuenta de que eres afortunada.
En mi día a día hay muchísimas cosas que me animan a sonreír, demasiados instantes mágicos en mi vida como para desperdiciarlos. Esta mañana, antes de abrir la luz, me he dado una vuelta por mi futuro ideal, con la intención de saber quién tendría cabida en él.
Hay personas muy importantes en mi vida, tanto que no quisiera perder el contacto con ellas. Luego quedan las que son simples compañeros de camino, pero que no calan hondo en mi interior. Ahora tengo clarísimo que no renunciaría a mis Whatsappeos con Suiza ni a mis chats perfectos de oficina.
No puedo proyectar mis deseos en las acciones ajenas ni debo pensar que las cosas cambiaran por un giro inesperado. Yo me emociono con facilidad, lloro enseguida con las situaciones tiernas y tengo tendencia a encariñarme con las personas que pasan por mi vida. Y no todo el mundo siente igual…
Quizás si tuviera un nuevo proyecto al que lanzarme de cabeza dirigiría correctamente esa necesidad de avanzar hacia algún lugar, pero ahora mis únicas metas son acabar LDE, arreglar mi Web, corregir antiguas novelas y sonreír cada día con lo que me sucede.
Este fin de semana se llena de maravillosas clases de baile, intensas horas frente a la pantalla y un deseo difícil de cumplir de poner un punto y final a LDE. Me encantaría que el sol me acompañara, pero va a ser que no… Y estaría emocionada si supiera que hay algo esperando al otro lado del ciberespacio, pero tampoco será. Así que miro por la ventana, veo mi patio, con unas casas enfrente y un poquito de verde, y sonrío.
Mi hijo acaba de levantarse, escucho su movimiento en la cocina. Se ha hecho tan mayor que no me da ni los buenos días… Pero a pesar de su manera de comportarse, plenamente adolescente, sé que sin mis hijos no conseguiría estas sonrisas.
La semana que viene se llenará de sorpresas agradables, estoy convencida. Así que voy a colgar el post, a abrir el Spotify para escuchar las mismas canciones de siempre (parece que solo me inspiran esas, aunque empiezo a pensar que es hora de cambiarlas…), a descubrir dónde están mis personajes y a llevarlos hacia el cénit de la novela.
Sinceramente creo que la historia de La Baraja es insuperable, pero LME, LMR y LDE también son novelas interesantes. Mi actual lectora beta de LMR dice que le engancha más que la anterior y M. dijo lo mismo…
¡Feliz día! J

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