Segundo día de la semana...
¡Buenos
días! Hace un día grisáceo esta mañana, desde mi ventana veo las nubes
empeñando el cielo y mis ensoñaciones. Creo que no hace demasiado frío, pero mi
casa todavía conserva la frescura de la noche, así que me arrebujo con el
jersey y suspiro.
Segundo
día de la semana… Ufffff, todavía no estoy al cien por cien, hay demasiadas
piedras bajo las ruedas… Pero sonrío, miro por la ventana y pienso que mañana
será un día maravilloso. Quiero vivir con emoción el mediodía, escuchar y tomar
notas para mejorar LMR.
Sé
que una comida no me dará las llaves del reino, pero me encanta hablar con mi
agente y conocer sus opiniones, siempre me ayuda a ver lo que mi ceguera transitoria
me oculta.
A
medida que pasa en tiempo valoro más a mis lectores beta, su manera de animarme
a seguir, de descubrir algunos fallos y de indicarme opciones para mejorar el
texto. En este momento de mi vida soy feliz con tener algún que otro lector, la
escritura ha pasado a un segundo término y ya no aspiro a ser una escritora
conocida, con esas poquitas lecturas estoy más que satisfecha.
Somos
tantos los que intentamos abrirnos camino a las estanterías… Encontrar el
equilibrio es entender que escribo porque me encanta crear historias. Leer es
increíble, las emociones que transmiten las historias son mágicas, pero
escribirlas tú, darles el final que esperas, construir un mundo paralelo en el
papel es apoteósico.
La
verdad es que suena triste el pensar que escribo para cinco o seis personas,
pero para mí es suficiente. La escritura es una manera de exorcizar mis
angustias diarias, de traspasar al papel mis ilusiones y de vivir experiencias,
así que vale la pena seguir adelante.
Aunque
aquella idea romántica de vivir de mis escritos se diluye entre litros de
aguarrás. Son demasiados años de sueños y expectativas derrumbadas. Es una pena
que sirva tanto para mi trabajo remunerado y no suficiente para mi vocación,
pero así es la vida y hay que aprender a encararla.
Mañana
pienso disfrutar de la compañía sin volar a lugares inalcanzables. No quiero
volver a aquellas esperas infructuosas que despertaban mi ansiedad. Prefiero
tocar de pies al suelo y saber exactamente qué perspectivas hay, es la mejor
manera de seguir adelante sin perder la sonrisa.
Pronto
encontraré la senda para darle un empujoncito a LDE, supongo que no tardaré en
terminarla y ponerme a corregir novelas anteriores. Y a ver qué me depara el
destino…
¡Feliz
día! J
Seguro que el destino te depara muchas cosas buenas, y que una de ellas es que esas novelas acaben donde deben estar, en las manos de muchos lectores. Un beso muy fuerte y suerte en esa comida. :)
ResponderEliminar¡Mil gracias guapa! Seguro que el tuyo también te depara cosas buenas! :-)
EliminarHay veces que se puede vencer incluso al caprichoso y retorcido destino...
ResponderEliminarPues a ver cómo de caprichoso se pone conmigo... ¡Un saludo!
ResponderEliminar