Una semana complicada
¡Buenos
días! Hoy me despierto con pocas ganas de ir a trabajar, hay muchísimas cosas
que se han de solucionar y no sé si daré lo suficiente de mí para llegar a
todo. Ufffff, he de cambiar esa visión pesimista si no quiero quedarme sin
sonrisas.
Es
una semana complicada, con liquidaciones de impuestos trimestrales, mucho
papeleo y una comida interesante, aunque la verdad es que ya he perdido la
esperanza y la ilusión por saber qué pasará con mi futuro literario. Creo que
he redimensionado tanto mis metas que ahora la escritura está en un segundo
plano.
Tengo
la impresión de que ya no escribo, de que ya no vivo en mis historias, de que
ya no navego por los mundos paralelos que antes llenaban mis horas. Ahora toco
de pies al suelo, no floto en un lugar donde todo es posible y los sueños se
convierten en realidad.
Antes
me sentía frustrada y triste, ahora sencillamente he aceptado que el destino no
está escrito y que por mucho esfuerzo que le ponga hay cosas que no dependen únicamente
de mí. El día se parcela con mil actividades distintas, mi cabeza absorbe gran
cantidad de tareas dispersas que deben cohesionarse para rendir en mi puesto de
trabajo remunerado y los personajes y
las historias que antes vivían en ella pasan a formar parte de un limbo alejado
de mi realidad.
Para
escribir y soñar hay que volar, sentir las cosquillas en el abdomen cuando
acaricias el teclado, pasarse el día inmerso en un lugar inalcanzable,
acariciar con la mano las situaciones que se plasman en tus mundos paralelos.
Creo
que ha llegado el momento de apostar por algo que me haga vibrar de nuevo. Voy
a terminar LDE, aunque últimamente no le encuentro el tono ni la ilusión.
Después pienso dedicarme a pulir LMR y otras novelas antiguas. Para mí es
importante que la relación con la escritura no se desvanezca, que esté ahí,
aunque sea de manera residual.
Me
encantaría trabajar en algo distinto, dedicarme a temas literarios, leer,
valorar, escribir. No sé, a lo mejor debería ser periodista o guionista o
cualquier cosa relacionada con la escritura. Estudié económicas porque se me
daban bien los números, llevo el área económica de una consultoría porque me
entiendo bien con las tareas administrativas, contables, fiscales y financieras
de las empresas. Pero mi corazón pertenece a otro mundo, igual que mi alma.
Sin
embargo tocar de pies al suelo significa saber hasta dónde llega la capacidad
de soñar y darse cuenta de que quizás esa ilusión por darle un giro a mi vida
profesional está lejana y es inalcanzable.
¡Feliz
día! J
Mucho ánimo. Esta semana es complicada, hay que afrontarla y nada más, pero llegará la semana de sosiego en la que te encontrarás de nuevo con la inspiración. A mi me pasa lo mismo, nos dedicamos a algo parecido, enero y julio serán peor, pero seguiremos ahí, escribiendo historias de un mundo paralelo y ganándonos la vida con esa seguridad. Mucho ánimo.
ResponderEliminarMuchas gracias por ese ánimo, Jorge. Parece que los números y las letras no están tan lejos, ¿verdad? Te dedicas a lo mismo que yo... ¡Un saludo!
EliminarÁnimo, Pat! Algún día conseguirás lo que quieres. Son etapas.
ResponderEliminarY también te digo que dedicarte a lo que te gusta tiene su precio...
Besos
¡Un beso muy fuerte Lola! Creo que hoy me he despertado con el pie izquierdo... Seguro que mañana estoy mejor...
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