Un curso más...
¡Buenos
días! Llega el viernes… Necesito descanso, tengo un constipado increíble y
apenas he conseguido dormir. Suerte que mañana es fiesta y podré descansar.
No
habrá entradas el fin de semana, voy a colgar el ordenador y a pasar unos días
en familia sin agobiarme. Quiero escribir la novela que tengo entre manos para
dar un par de pasos agigantados. Tengo ganas de acercarme al final que me ronda
por la cabeza. ¡Es chulo!
Ayer
fui a la reunión informativa de cuarto de la ESO en el colegio de mis hijos. Me
encantó la manera en la que nos expusieron este curso, cómo encaran los retos
de llegar al final de una etapa y de dirigirse a un futuro abierto. Los
profesores hablaron claro, con las ideas sintetizadas y dándonos unas
pinceladas de lo que nos espera tras los muros de la enseñanza obligatoria.
Mi
experiencia de estos últimos años es que los adolescentes tienen una actitud
distinta según su proceso madurativo. Muchas veces cuesta un esfuerzo hacerles
entender qué se juegan y la importancia de no dejar pasar un curso. El mundo
laboral es una selva que no se imaginan y ahora les parece tan lejana que no se
plantean la importancia de sacar buenas notas.
Luchar
para ayudarles a madurar de manera positiva es trabajo de los padres, aunque no
nacemos enseñados y a veces nos cuenta encontrar la vía para hacerles entender
el grado de responsabilidad que implica suspender o repetir un curso.
Ayer,
mientras el coordinador aseguraba que las notas suelen ir a la baja desde
primero hasta cuarto de la ESO yo me sentí empequeñecer… ¡Si descienden más
llegarán al infierno! Ufffff, a veces me encantaría tener dos hijos del montón,
sin las preocupaciones que implican tener a uno con dislexia y alto grado de
inteligencia y a otra con TDA… Aunque quizás si eso pasara ya no serían ellos mismos y debería reubicarlos... ¡Para mí son únicos e irreemplazables!
Pero
ahí estamos, somos padres, queremos a nuestros retoños y deseamos lo mejor para
ellos, así que batallamos cada día para ayudarles a avanzar, a madurar, a darle
la importancia justa a cada cosa. Y sí, a veces nos equivocamos, incluso en
ocasiones ellos tienen razón, pero nuestras intenciones son las mejores.
A ver qué nos depara este segundo y este
cuarto de la ESO… ¡Ojalá me den tantas alegrías que sonría un poquito más cada
día! Pero si no es así aquí va una para recordar: J
¡Feliz
día! J
Me encanta leerte de vez en cuando Pat, un beso:-)
ResponderEliminar¡Un beso!!!!!! :-)
EliminarMe encanta leerte de vez en cuando Pat, un beso:-)
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