Ahora me toca volar…
¡Buenos días! Hay mañanas en las que te despiertas con las ideas demasiado claras como para no mirarlas a la cara y ordenarlas en tu mente. El otro día os hablaba de aparcar la cobardía, de dejar a un lado la sensación de que no vale la pena luchar por conseguir un futuro mejor.
Llevo casi trece años en el mundo de la escritura, soñando en unas metas que nunca se han perfilado cercanas, esperando, siempre con el alma en espera y las emociones a flor de piel. Durante un largo periodo solo escuchaba: «tú vales, pero has de mejorar la técnica». Y ese pero siempre estaba ahí.
Quizás la perseverancia y la ilusión fueron mis motores en los inicios, cuando cada día trabajaba durante horas para mejorar, para avanzar, para dejar atrás las trabas que me impedían escribir con un estilo impecable. Entonces era una ingenua, una idealista incorregible.
No he perdido esa manera de ver la vida, prefiero quedarme con la parte positiva de las situaciones y extraer el jugo de los instantes. Esa lucha me ayudó a mejorar, a escribir de una manera diferente, con matices que antes ni me imaginaba que existieran.
Aunque por el camino me he despojado de muchos anhelos y he redimensionado mi mundo. Lejos queda ya aquella Pat que pensaba que algún día llegaría a vivir de sus escritos. El blog significó un salvavidas, un muro que cada mañana lucía mis emociones, intentaba despertar sonrisas y se nutría de ilusiones.
Este post diario, escrito en diez minutos cada mañana antes de salir zumbando a la oficina, me ha proporcionado soltura a la hora de redactar. A mí nunca me han costado las tramas, aparecen solas y fluyen con una facilidad pasmosa, es como si formaran parte de mí y solo necesitara tirar del hilo de mi creatividad para plasmarlas en las hojas.
Y sí, es posible que algún día mi vida sea otra, quizás este último giro de los acontecimientos es el preludio de algo grande. Aunque prefiero no soñar, no anhelar, no desear, caminar por las aguas de la realidad y empezar a luchar hacia otro lado. No puedo pasarme la vida esperando a que suceda ni deteniéndome en las situaciones cómodas. Ha llegado el momento de pasar a la acción, de saltar al vacío y de cambiar algunas cosas de mi vida actual.
Tomar decisiones significa dejar atrás algunas opciones para sumergirse de lleno en otras. Quién sabe dónde me llevará cada encrucijada, de momento lo único que me importa es avanzar hacia un horizonte diferente, aunque me horroricen los cambios y me duela dejar atrás personas y momentos.
Creo que ha llegado la hora de ver a dónde me lleva mi futuro profesional. De momento las palabras solo son un medio para expresarme, mis diez novelas una parte de mí misma que comparto con personas maravillosas y las expectativas creadas son las reales, las auténticas, las que me ofrece la realidad.
Sé qué quiero, aunque no sea lo que siempre he deseado y no lo disfrute como la escritura. Durante demasiados años el miedo a no tener tiempo de escribir ha pesado en mi contra. Ahora sé que puedo con todo, que si no escribo entre semana lo haré el fin de semana y que mis novelas me acompañarán siempre. Ahora me toca volar…
¡Feliz día! J
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