Un gran paseo

7:07 Pat Casalà 0 Comments

     ¡Buenos días! Se terminó el fin de semana… Con lo bien que se estaba en casita… Hay que levantarse, desayunar con la sonrisa bien ancha e irse a trabajar, que aunque no tenga el mejor trabajo del mundo, tengo uno y eso ya es un gran triunfo.
      El frío es intenso, tanto que solo con pensar en salir a la calle me produce escalofríos. A mí me gusta el calor, el sol, la serenidad de un día despejado…
      Vivir en Barcelona tiene muchas ventajas, hay mar, un casco antiguo precioso, una cantidad de museos increíble y un sinfín de actividades lúdicas y culturales que no se acaban.
      Ayer por la tarde nos fuimos con mi hija al Born. Ella tenía que hacer un trabajo para la escuela sobre la catedral de Santa maría del Mar y mi marido y yo decidimos aprovechar la ocasión para pasear por ese magnífico barrio. Hacía años que no entraba y admiraba la preciosa obra arquitectónica en la que se inspira la novela La Catedral del Mar.
       Luego caminamos hasta el antiguo mercado del Born, donde vimos las ruinas románicas que se sacaron a la superficie al excavar en la zona. Me fascinó la manera en la que han restaurado el edificio y dan a conocer esa parte de nuestro patrimonio histórico.
       Al salir anduvimos un rato por las callejuelas. Había tiendas abiertas y mucha gente. Es una gozada observar a los transeúntes y descubrir la mezcla que impera en ese espacio de mi ciudad. Los turistas se paran en las esquinas cámara en mano, los estudiantes bohemios caminan en grupo, los vecinos viven la calle…
       La verdad es que quizás debo hacerle más caso a mi marido y no pasarme todas las horas libres escribiendo. Es magnífico crear mundos paralelos, pero también lo es pasear en familia, charlar, observar a la gente, descubrir la viveza de mi ciudad… Debería encontrar el equilibrio.
      Quiero hacer tantas cosas que a veces me resulta difícil priorizar. He escrito tres novelas en diez meses, he empezado la cuarta, tengo una idea de por dónde irá el argumento, me apetece sumergirme en su historia… Pero voy a tomarme un respiro, unas semanas de descanso, un tiempo para que mi cabeza desconecte y se relaje.
      Es sano compaginar las actividades. Tengo unos manuscritos que deseo leer, otros para corregir y mil tareas pendientes. Y voy a tomármelo con calma, voy a disfrutar de la capacidad de distraerme y a dejarme seducir por unos días por otras cosas alejadas de la escritura. ¡Vacaciones en toda regla!
      ¡Feliz día! J

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