Domar las expectativas
¡Buenos
días! Hoy me despierto con pocas ganas de irme a trabajar. La reunión de ayer
se esfumó en el limbo de la nada y no pude arriesgarme, con la de horas que me
pasé ensayando…
Ya
sé que no puedo empezar el día con pensamientos negativos, que quedamos hace
tiempo en agradecer las cosas buenas que nos envuelven y en olvidarnos para
siempre de las negativas, por eso os voy a contar qué me hace feliz
últimamente.
Mi
padre y mi hermana me están leyendo, ¿Sabéis la ilusión que me hace? Es genial
saber que en tu familia aprecian lo que haces y te animan a seguir. Carla ya va
por LMR y mi padre está con LME. Me encanta hablar con ellos de los personajes,
de las ideas, de las escenas…
Al
abrir el ordenador esta mañana me he encontrado con un email que contenía un comentario genial de un lector de El Secreto de las Cuartetas. ¡Ha sido un
subidón de autoestima! Para mí recibir estos correos significa muchísimo, saber
que algún lector ha pasado un buen rato con mi novela me llena de emoción.
¡Gracias Francisco!
Y
sigiendo con las cosas magníficas, os diré que por fin respiro tranquila tras
enviar la carta este fin de semana. Cuando me la devuelvan al fin podré
contaros los cambios en mi vida, la nueva dirección que me llena de emoción.
Aunque debería tranquilizarme un poco y darme cuenta de que no modifica mis
expectativas ni puedo emocionarme demasiado.
A
veces vivo sensaciones a través de otros. Empezar una aventura, caminar hacia
un lugar incierto cargada con ilusiones y retos, avanzar hacia un horizonte
brillante únicamente armada con la experiencia y la fuerza que te confiere tu
valentía… ¡Ojalá pudiera vivirlo de verdad!
Así
me sentía yo cuando empecé en la escritura, como si fuera un mundo mágico donde
tocabas el cielo con las manos al estirar los brazos. Me recuerdo con las
ilusiones a flor de piel, las ideas locas bailando en mi interior, la fiereza
de los argumentos arrastrándome a mundos imaginarios…
Ahora
piso sobre un suelo cimentado, y si está embaldosado, mejor. Sé que los cambios
pueden traer cosas maravillosas, pero necesito volver al punto donde no soñaba
despierta con conseguir mis anhelos, no esperaba, no sentía que algo mágico estaba
a la vuelta de la esquina. ¡Espero conseguirlo en breve!
Los
cambios me desestabilizan emocionalmente, y ahora lo hacen dándome alas para
volver a soñar. Y no quiero hacerlo, no cuando no estoy segura de qué va a
pasar, de si voy a seguir la última de una interminable lista, de si voy a
estar ahí para avanzar. Quiero que mis expectativas se asienten en algo sólido,
en una realidad, no en una emoción.
Inspiro
una gran bocanada de aire para calmar mis cosquillas abdominales, espiro con
lentitud y cierro los ojos. La cola para comprar una de mis novelas se perfila
despacio, con matices increíbles… ¡Uffffff! Toca regresar a mi casa e irse a la
oficina…
¡Feliz
día! J
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