Escritores
¡Buenos días! Me despierto
este domingo con una mezcla de ilusión y tristeza, los últimos acontecimientos
me han hecho pensar mucho en lo frágil que es la línea que separa nuestra
existencia con el fin, en la manera extraña del destino de atraparnos.
Cunado era pequeña y soñaba
en alcanzar una vida plena como escritora veía a esa figura como personas
diferentes, ermitañas y con una viveza interior demasiado grande como para
pertenecer a un mundo normal. Recuerdo que devoraba las películas y los libros
donde los escritores eran parte de un argumento fuera de lo común y los sentía
cercanos, aunque grandes, muy grandes.
No soy alguien a quien las
envidias y los celos desestabilicen. No os negaré que cuando veo el éxito de
alguien no sienta el deseo de ser como ellos, pero yo les admiro, pienso que en
las estanterías hay cabida para muchos libros y que los colegas deben apoyarse.
Hay varias figuras que me
han ayudado a madurar en este mundo extraño de la literatura, muchos autores
que a mí me parecían ídolos de pequeña, cuando mis horas muertas las llenaba
con aventuras, historias y relatos creados por escritores magníficos.
Yo era una niña diferente,
con un mundo interior tan lleno de ideas locas y fantasías. A veces no
discernía con claridad dónde se asentaba la línea divisoria entre la realidad y
la ficción. Como tenía unos problemas importantes con la lecto-escritura, fruto
de la dislexia, novelaba mis historias en voz alta, ametrallando palabras sin
cesar.
Quizás si hubiera seguido
la estela de mi instinto, si los ordenadores hubieran aparecido antes en mi
vida, si hubiera visto lo que un procesador de textos era capaz de enseñarme
nunca hubiera estudiado una carrera de números y ahora sería periodista,
profesora de literatura, guionista… Pero no quiero pensar en lo que no fue,
sino en lo que es. Y ahora mi vida es distinta a como la imaginé, aunque no
puedo decir que sea peor.
Hay que vivir cada instante
como si fuera el último, exprimir las emociones y no dejarse llevar por la
inercia de las frustraciones. Sigo apoyando a las personas que lo consiguen, quiero
que mis amigos y conocidos prosperen en sus proyectos y deseo que algún día mis
sueños tomen consistencia, aunque sea en un momento tardío y no lleguen a
plasmarse como yo imaginaba de pequeña.
Mi imagen de los escritores ha cambiado un
poco, ahora los veo como personas normales que dedican una parte de su tiempo a
poner en orden su creatividad en un papel. En mi caso la mente juega un papel
importante, sin ella no sería capaz de crear laberintos intrincados ni
personajes a los que permitir que crezcan.
Apostar por lo que uno
desea a veces es un camino lleno de espinas, pero nunca se ha de permitir que
los sueños se desvanezcan…
¡Feliz día! J
Sólo hay este momento, Pat, este instante. Todos podríamos haber tenido otras vidas. Y¿si ya eres todo lo que soñabas...? Todo depende del punto de vista.
ResponderEliminarBuen final de domingo.
Pues sí, Pilar, quizás hay que mirar las cosas desde todos los puntos de vista posibles… ¡Feliz domingo! :-)
Eliminar