Un gran día
¡Buenos días! Me despierto
cansada, pero contenta. Ayer fue un día intenso, de aquellos en los que las
actividades se acumulan sin tregua y me llevan a ir corriendo de un lado a
otro, aunque para ser sincera os diré que conseguí llegar a todo con una sonrisa.
El viernes para mí es el
mejor día de semana, es el preludio de dos días de descanso, y me encanta…
Empecé bien, con una
sonrisa y muchas ganas de caminar por el día con emoción. Al mediodía tenía una
comida de empresa, seguida de unas copas. ¡Teníamos algo que celebrar! Ahora
toca esperar acontecimientos y esperar que las cosas saldrás como está
previsto.
Durante la mañana envié dos
emails importantes y los dos tuvieron
una contestación a la altura de mis expectativas… ¡Fue genial! Y luego me fui a
comer con mis compañeros, a reír, a hablar de cosas divertidas… ¡Es un lujo
trabajar con gente así!
La comida fue estupenda, en
un restaurante que en otro tiempo iba mucho, un lugar tranquilo, bonito y con
una cocina espectacular. ¡Y encima era un menú buenísimo! La conversación fue
amena, mi jefe parece uno más de nosotros…
Tras una larga sobremesa
nos fuimos a un bar cercano a tomar una copa. Yo me pedí un San Francisco sin
alcohol, pero mis compis iban fuertes… Reímos un rato, compartimos ideas,
comentarios e instantes.
A las seis y media tuve que
irme, tenía una cena en mi casa y debía comprarlo todo para cocinarlo después.
Preparé un par de ensaladas, junto con un risotto
de ceps. Cuando tengo tiempo me encanta dejar la cebolla que se poche
lentamente durante dos horas para que el arroz salga perfecto. Normalmente uso
el arroz Arborio, pero ayer compré uno del Delta del Ebro que salió
espectacular.
Es agradable tener amigos
con los que hablar y divertirse sin ponerse nervioso. Ayer tuvimos una cena
distendida, estuvimos horas sentados a la mesa sin dejar de hablar acerca de
cosas diversas, con risas espontáneas y comentarios geniales.
Me fui a dormir muy tarde,
pero lo hice contenta, con una sonrisa de aquellas que te acompañan durante
días.
Y ahora toca despertarse,
acabar de recoger, sacar el lavavajillas, desayunar acompañada de la soledad de
la mañana, con el olor a café recién hecho llenando la cocina… Es un gran plan.
Después tengo que enviar
una carta que me llena de ilusión. No tengo ni idea de si el destino me llevará
a un lugar deseado o si esa carta solo es un cambio de rumbo, pero tengo muchas
emociones enredadas en ella, aunque solo sean ideas locas.
¡Feliz día! J
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