Un gran día

10:01 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Me despierto cansada, pero contenta. Ayer fue un día intenso, de aquellos en los que las actividades se acumulan sin tregua y me llevan a ir corriendo de un lado a otro, aunque para ser sincera os diré que conseguí llegar a todo con una sonrisa.
El viernes para mí es el mejor día de semana, es el preludio de dos días de descanso, y me encanta…
Empecé bien, con una sonrisa y muchas ganas de caminar por el día con emoción. Al mediodía tenía una comida de empresa, seguida de unas copas. ¡Teníamos algo que celebrar! Ahora toca esperar acontecimientos y esperar que las cosas saldrás como está previsto.
Durante la mañana envié dos emails importantes y los dos tuvieron una contestación a la altura de mis expectativas… ¡Fue genial! Y luego me fui a comer con mis compañeros, a reír, a hablar de cosas divertidas… ¡Es un lujo trabajar con gente así!
La comida fue estupenda, en un restaurante que en otro tiempo iba mucho, un lugar tranquilo, bonito y con una cocina espectacular. ¡Y encima era un menú buenísimo! La conversación fue amena, mi jefe parece uno más de nosotros…
Tras una larga sobremesa nos fuimos a un bar cercano a tomar una copa. Yo me pedí un San Francisco sin alcohol, pero mis compis iban fuertes… Reímos un rato, compartimos ideas, comentarios e instantes.
A las seis y media tuve que irme, tenía una cena en mi casa y debía comprarlo todo para cocinarlo después. Preparé un par de ensaladas, junto con un risotto de ceps. Cuando tengo tiempo me encanta dejar la cebolla que se poche lentamente durante dos horas para que el arroz salga perfecto. Normalmente uso el arroz Arborio, pero ayer compré uno del Delta del Ebro que salió espectacular.
Es agradable tener amigos con los que hablar y divertirse sin ponerse nervioso. Ayer tuvimos una cena distendida, estuvimos horas sentados a la mesa sin dejar de hablar acerca de cosas diversas, con risas espontáneas y comentarios geniales.
Me fui a dormir muy tarde, pero lo hice contenta, con una sonrisa de aquellas que te acompañan durante días.
Y ahora toca despertarse, acabar de recoger, sacar el lavavajillas, desayunar acompañada de la soledad de la mañana, con el olor a café recién hecho llenando la cocina… Es un gran plan.
Después tengo que enviar una carta que me llena de ilusión. No tengo ni idea de si el destino me llevará a un lugar deseado o si esa carta solo es un cambio de rumbo, pero tengo muchas emociones enredadas en ella, aunque solo sean ideas locas.
¡Feliz día! J 


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