Un recreo
¡Buenos días! Continúa ese
frío intenso que asola la calles últimamente… Yo tengo ganas de sol, calorcito
y mucha luz, pero las estaciones del año juegan en contra de ese deseo. Nos
acercamos peligrosamente al invierno y toca que las jornadas se acorten y la
gélida temperatura nos salude al salir a la calle.
Creo que estoy
completamente saturada, mi inspiración se ha ido a un lugar cálido donde tomar
el sol y recargar pilas. Quizás el hecho de escribir tres novelas en diez meses
sin dejar de trabajar, de bailar, de llevar la casa, de ocuparme de mis hijos y
de escribir cada mañana aquí ha colapsado mi capacidad de escribir. Así que
ayer me tomé el día de descanso.
Por la mañana fui a un bar
que hacía años frecuentaba, un lugar decorado en tonos blancos, con sillas y
sofás, una pequeña terraza con plantas para iluminar el local con luz natural y
una carta de tés de las que a mí me gustan. La compañía fue inmejorable. ¡Qué
bonito es pasarse dos horas charlando con una amiga sin darte cuenta de que las
manecillas del reloj avanzan!
Comimos en familia en uno
de esos japoneses que sacan platos en una cinta. Mis hijos le llaman los barquitos. Y por la tarde fui a
bailar con Fran en una de esas clases que te disfrazas y te ríes. Parece
mentira que a nuestra edad nos divirtamos con algo tan básico, pero es una
manera como cualquier otra de pasar la tarde del sábado, ¡y encima hacemos
ejercicio!
No escribí ni casi corregí.
Necesito aire, espacio, amplitud de mente y un poco de recreo. He empezado a
leer un manuscrito inédito de una compañera de viaje literario, su prosa y sus
historias me gustan mucho. Y he decidido corregir y escribir a mi ritmo. Tal
como dice mi marido no me puedo pasar las horas libres enganchada al ordenador.
La trama de mi última
novela sale despacio, con más dificultad que las anteriores. En cambio la
corrección de errores de LMR y de LDE va viento en popa gracias a mis queridos
lectores beta. Veremos qué me depara
el mañana, ahora sé que deseo gastar mi tiempo en muchas actividades e ir
despacio con la escritura. Veremos si esta vez lo consigo…
Pronto estará lista la Web
de mi nueva agencia, me hará muchísima ilusión compartir con vosotros mi
rinconcito de autora en ella. Es emocionante ser parte de estos cambios, estar
ahí cuando se gesta una idea tan maravillosa y saber que cuentan conmigo. Sin
embargo sé que estos cambios, estas ilusiones y estas alegrías de momento solo
son eso, sentimientos.
Hay que colocar cada cosa
en su lugar para no volver al redil de la ansiedad. El mundo literario es de
esperas largas y pesadas, por eso ahora no me voy a dejar seducir por la idea
de lograr un objetivo, simplemente voy a celebrar cada pequeño logro y a ver
las realidades tal y como son.
Quizás algún día mi camino
esté lleno de luz… ¿Quién sabe qué pasará mañana? Es mejor que sea una sorpresa
y vivir el ahora con una sonrisa… Ahí va la mía: J
¡Feliz día! J
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