¿Será mi sino?
¡Buenos
días! Sigue el día soleado, aunque hace viento y fresco. Yo estoy tranquila, de
momento no he sucumbido al estrés ni al agobio, camino con la cabeza alta y las
ideas claras, sonrío y no me dejo llevar por el peso de los acontecimientos.
No
hay novedades, las cosas siguen en el limbo de la espera. Me gustaría tenerlas
atadas y saber que he hecho lo correcto, pero de momento no cabe otra que
esperar.
Supongo
que ese es mi sino… Esperar, siempre esperar.
A
veces creo que ha llegado la hora de armarme de valor y pasar a la acción, de
colgar mi eterna responsabilidad y lanzarme a la calle, a luchar por mis
sueños. Pero la realidad esconde muchas trampas para eso, demasiadas para
abandonar una rutina llena a rebosar de compromisos adquiridos.
Me
doy cuenta de que he agotado algunas vías, de que el tiempo que llevo invertido
en mis proyectos rebasa el límite de lo normal y que no puedo ni debo regresar
a una existencia ansiosa. Así que por las noches apago el portátil y me sumerjo
en un sueño lo más reparador posible para continuar con mi vida tal como está.
Cuatro
días de vacaciones dan para mucho, he logrado relajarme y sacarme de encima el
agobio de las últimas semanas. Estoy contenta, mi marido ha regresado de China,
hace sol y me gusta el estilo con el que ahora escribo. Sé que mis últimas
novelas enganchan, que son de temas más actuales que las antiguas y que pueden
funcionar en la calle, aunque ahora debo darle un tiempo a mi agente para que
las mueva.
La
confianza nace de muchas pequeñas acciones, de reciprocidad a la hora de
valorar algo, de años de lucha conjunta. Yo no sé si las cosas funcionarán en
esta nueva etapa ni si vale la pena continuar con la creencia de que algún día
daré un paso adelante en mi carrera literaria. De momento voy a darle un voto
de confianza a las novedades, a esperar como siempre a que las cosas acaben de
asentarse y a ver qué pasa.
Sé
que siempre espero, que siempre confío, que siempre veo la parte positiva y que
normalmente le doy mil vueltas a las situaciones. Incluso a veces tengo mis
propias paranoias. Pero también tengo claro que llegará un día en el que ya no
podré sentarme a esperar sin actuar… ¡Ojalá la Providencia me tenga algo
preparado antes de que eso suceda!
De
momento voy a irme a la oficina a trabajar, al fin y al cabo es lo que me da un
sueldo a fin de mes y llena mis horas…
¡Feliz
día! J
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